Ecuador y la guerra civil española. La voz de los intelectuales
Por David Becerra Mayor
Con cierto sentido, Radio Sucesos (Quito), 3/02/2014
Hoy voy a hablar de un libro que en Ecuador os va a
resultar sin duda interesantísimo. Se trata de un estudio publicado en España
por la editorial Calambur y escrito Niall Binns, hispanista inglés, pero
afincado en España y profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad
Complutense de Madrid. Su libro responde al título de Ecuador y la guerra civil española. La voz de los intelectuales, y
forma parte de un ambicioso proyecto sobre Hispanoamérica y la guerra civil
española, del que este libro sobre Ecuador es su primer volumen.
Ecuador y la guerra civil española. La voz de los intelectuales es
un estudio sobre el impacto que tuvo la guerra de España entre la
intelectualidad ecuatoriana, y analiza las producciones literarias, tanto
poéticas como narrativas o teatrales, pero también los ensayos y los artículos
publicados en prensa, para demostrar el interés que suscitó la guerra civil
española entre los intelectuales ecuatorianos. Un interés que, como nos
recuerda Binns en su estudio, no era gratuito ni casual, sino que respondía a
la coyuntura histórica de Ecuador, marcada por una fuerte crisis política y
social, que se puso de manifiesto en la masacre de obreros huelguistas en
Guayaquil, el 15 de noviembre de 1922, pero también en la Revolución Juliana de
1925 y en la guerra de las Cuatro Horas del 28 de noviembre de 1936. El
contexto de crisis que vivía Ecuador en la década de los veinte y los treinta provoca
que sus intelectuales se miren en el espejo de la guerra civil española. Porque
saben que la España republicana –la España nueva y leal– constituye una
referencia y una esperanza para la izquierda de América Latina; pero saben
también que si el fascismo se ha levantado en España asimismo puede hacer acto
de presencia y anunciar su peligro en la sociedad ecuatoriana. Los
intelectuales ecuatorianos miran a España entre la admiración y el miedo. Saben
que el destino de España marcará el suyo propio, pues como dice Jaime Barrera
Barrera, “Max Lux”, en El comercio el
29 de septiembre de 1937, “No es la sola suerte de España la que se juega
ahora. Es la suerte de la humanidad: un mundo viejo pelea contra un mundo
nuevo. A América le interesa sobremanera el final de la contienda, porque de él
depende su porvenir”.
Y así se refleja en los textos que selecciona y presenta
Niall Binns en su Ecuador y la guerra civil española. Además de un estudio sin duda riguroso y exhaustivo, el
libro de Binns ofrece al lector una selección de textos procedentes de las
plumas más destacadas del campo intelectual ecuatoriano. Y aparecen en sus
páginas Demetrio Aguilera Malta, Pablo Palacio, Pareja Díaz Canseco, Nela
Martínez, Aurora Estrada, Raúl Andrade, Benjamín y Alejandro Carrión, Joaquín
Gallegos Lara, entre muchos otros. El catálogo de Binns contiene una relación
de más de ochenta autores.
Pero lo que creo que es importante destacar es que el
libro de Binns cumple el requisito que debe cumplir un buen ensayo literario:
te abre el apetito de la lectura. Después de leer los textos y fragmentos que
presenta Binns, el lector siente el deseo de seguir leyendo, de acudir a las
obras citadas. Claro que –y esto desde luego no es culpa de su autor– la
lectura del libro de Niall Binns termina siendo un ejercicio cruel y
frustrante, de deseo insatisfecho, por la dificultad que supone hacerse, hoy en
día, con muchos de los textos que su autor reproduce y reseña.
Pero más allá de frustraciones lectoras, si vamos al
contenido de los textos que presenta Ecuador
y la guerra civil española, el
lector encontrará una imagen recurrente en ellos: la de la reconciliación de
las antiguas colonias con España. En efecto, a la vista de los textos de los
intelectuales ecuatorianos, España ya no se ve como el pueblo que colonizó
América y que, en nombre de la civilización, inició un auténtico holocausto
indigenista; la España republicana, la España nueva y leal, representa, para
estos intelectuales ecuatorianos, la España de la luz frente a los inquisidores
y oscurantistas que han propiciado el golpe de Estado fascista contra un gobierno
legítimo y democrático. América –y concretamente Ecuador– se reconcilia con
España, se solidariza con la Madre Patria, porque como dice el poeta Alejandro
Carrión “estamos más cerca de ella, porque su sangre está corriendo, mezclada
con la fuerte sangre indígena, por nuestras anchas venas”. Más transparentes sin
duda son los versos de Gil Gilbert, de su poema titulado “Buenos días, Madrid”.
Dicen sus versos:
Buenos días, España!
Te saludo con voz mitad de negro, mitad de indio,
Vestida en castellano la palabra mestiza.
Alzo mi saludo para verte
Por vez primera con alegría de hombre.
Por vez primera en mis tobillos i muñecas
No arden las pulseras que España me aherrojara.
Y más adelante dice:
Este hombre que te odiara cinco siglos en mi sangre,
Hoy te dice por vez primera con voz de compañero:
Buenos días, Madrid.
Parecidos son los versos del poema “Juzga, España
miliciana” de Humberto Malta, donde lamenta el poeta que la España que les
conquistó no haya sido esta España nueva; si así hubiera sido, dicen los
versos, no hubiera sido necesaria la Independencia que dejó a los jóvenes pueblos
de América caer en las garras de los gringos imperialistas:
España... la de mantos, la de la Inquisición...
Os odiaba fuertemente, con la sangre de indio y puma,
A Vos, Señora España de corona y cetros...
(...) España, Señora y Madre España,
Si en lugar de alarde prepotente, erizado,
Hubieseis conquistado por amor Sierra y Yungal
Ahora hubieseis sido patrona de la América,
No dejando que salte la Independencia brusca
Para que pueblos jóvenes, más bien digamos: niños,
Se emancipen creyendo poseer su madurez...
España, Señora y Madre,
No estuviéramos ahora ahorcados por el gringo
Que luego de exprimirnos los suelos y subsuelos
Asfixia las conciencias, corrompe los estados,
Daña ciudadanías, y ve en nosotros solo
Al mísero comprado, al esclavo deleznable.
La Nueva España, la que sufre la guerra impuesta por el
fascismo, ya no es la de antaño. Por primera vez no existe un odio hacia
España, porque la España leal, la que combate el fascismo, no es la España de
los inquisidores. Por eso, la poeta y narradora, y dirigente comunista, Nela
Martínez clama por la “Unión de la América bronceada de la América india con la
España humana gloriosa y libre”. España y América, si el fascismo cae
derrotado, se podrán reconciliar en torno a un proyecto común, como así lo
teoriza Antonio Montalvo en su artículo “El nuevo hispanoamericanismo”, donde
nos habla de una nueva relación entre España y sus antiguas colonias, una
relación que se ha de levantar sobre la necesidad de cohesión desde el idioma y
la historia compartida, y ya no desde la antigua añoranza colonial. La derrota
de la República durante la guerra civil y la vuelta de oscuros inquisidores al
poder, el triunfo del fascismo en España, frustran sin embargo el sueño de
Montalvo.
Ecuador y la guerra
civil española. La voz de los intelectuales de
Niall Binns reconcilia a españoles y ecuatorianos en lo mejor de nuestra
memoria compartida. Hombres y mujeres de un lado y otro del océano unidos en la
voz de la lucha antifascista y, por qué no decirlo, unidos en la voz de la
lucha revolucionaria. Así pues enrolamos a Niall Binns y al conjunto de autores
ecuatorianos que podemos leer gracias a su labor investigadora, a nuestro
pequeño pueblo en armas contra la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario