viernes, 20 de febrero de 2015
Reseñas:No-Haiku, de José María Millares Sall, en el blog de Santos Domínguez
Por Santos Domínguez
Encuentros de lecturas, 18/02/2015
Recuperada desde la reedición en 2008 de Liverpool, la voz de José María Millares Sall (1921-2009) es una de las más potentes en el panorama poético de la literatura española de las últimas décadas.
Desde sus Cuadernos hasta el póstumo Krak, pasando por la espléndida antología Esa luz que nos quema de Selena Millares, la atención editorial sobre su obra ha sido constante y se concreta ahora en No-Haiku, una amplia muestra de haikus que publica Calambur con selección y prólogo de Juan Carlos Mestre y Miguel Ángel Muñoz Sanjuán.
Aparecen aquí, entre decenas de textos, poemas que contienen revelaciones como estas:
Pisa la huella
donde ahonda la tarde
su piel oscura.
O estas otras:
Pez. Filo de agua.
La navaja en el brillo
del ojo. Salta.
La de Millares es siempre una poesía movida por la ambición visionaria y por la potencia imaginativa. Y en estos haikus, que son un territorio abonado para la imagen, la percepción y la sugerencia, brilla especialmente la mirada que oscila entre lo exterior y lo interior para escribir una poesía que indaga en la realidad y en la memoria entre el juego y el fuego.
Palabra y luz, memoria y piedra, infancia de playas y azoteas, escaleras y alas, pájaros y celdas en una mirada que recuerda, se dirige hacia el interior o hacia el exterior, se eleva en el aire o excava en la sombra y plantea un diálogo constante entre la intimidad y un mundo laberíntico de túneles y pasillos.
La poesía sonámbula y visionaria de José María Millares busca la luz detrás de la piedra, es palabra vertical en vuelo frente al tiempo, la destrucción y el olvido. Es la verticalidad del ascenso espacial o del descenso de las excavaciones, en una poesía en la que luchan la luz y la sombra, entre la celebración y el desgarro, con un lenguaje que es sonido y sugerencia, respiración sutil de la palabra.
Con la contención y la depuración que exige la estructura del poema breve, habitan estos versos los temas habituales en la poesía de Millares Sall: la luz y el tiempo, la búsqueda y el recuerdo, una memoria del espacio más que del tiempo y el chispazo que ilumina la realidad:
Quieto. En el ojo.
En su espejo. El vacío.
Eso que somos.
Una poesía atravesada por la constante libertad creativa que destacan Juan Carlos Mestre y Miguel Ángel Muñoz Sanjuán en su prólogo:
"Millares solo sostenido en la querencia por la esperanza de su propio sueño, silenciado en su invocación por las detonaciones del esperpento franquista y las frondosas esquirlas de su cumplida criminalidad, ejerció su razón de ser en las palabras ensanchando el ámbito de sus sentidos, la libertad como única conducta de su praxis, la desobediencia como transformación inteligente del hábito ante la esclerosis de la rutina. Y de ese asco al miedo, de esa entereza ante la borradura, nace la insumisión de su lenguaje, la bella dinamita de la percepción musical del mundo."
Como aquí:
Pájaro es tiempo.
La jaula está colgada
de su silencio.
O aquí:
Oculta el vidrio.
Líquido. El ojo espejo.
Trazos. Los signos.
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Lee la reseña en el blog Encuentros de lecturas.
jueves, 4 de diciembre de 2014
Novedad: No-Haiku, de José María Millares Sall
José María Millares Sall
Selección y prólogo de Juan Carlos Mestre y Miguel Ángel Muñoz Sanjuán
Calambur Poesía, 147. 2014. 206 p. 14 x 22,5 cm.
ISBN 978-84-8359-243-4
PVP: 18 €
José María Millares Sall (1921-2009) es quizá el último de los poetas redescubiertos con los que se cierra el panorama de la poesía española del siglo XX. La reedición en 2008 de su primer libro, Liverpool —que vio la luz por primera vez en 1949—, le traería de nuevo, después de cincuenta años, a ocupar un lugar de preeminencia en la atención crítica y en la consideración por parte de las más jóvenes generaciones de poetas. Este renovado interés por su obra propició que un año después apareciese Cuadernos 2000-2009, que, nuevamente, amén de arrojar más luz sobre la poesía de Millares Sall, acrecentaría el interés por el conjunto de su creación. Dicho interés no quedaría solo en intenciones; así, en 2009 le fueron concedidos el Premio Nacional de Poesía, por su libro Cuadernos 2000-2009, y el Premio Canarias de Literatura, máxima distinción de las letras canarias. Con la publicación póstuma de Krak, en 2011, se confirmó el aprecio y consideración crítica de la que ya gozaba su obra en la perspectiva de la poesía española contemporánea. Entre la abundante producción que quedó inédita, se encuentran los textos que conforman este No-Haiku, esa otra cara de la moneda, esta vez referida a la tradición japonesa, de la que José María Millares Sall hace su personalísima exploración creativa. No-Haiku son las marcas y el testimonio de un camino místico y «apenas susurrante» en el que el poeta persiguió, con el entramado de su lenguaje espiritual, «escuchar» la luz, pero no «traducirla».
lunes, 26 de septiembre de 2011
Reseña: KRAK, de José María Millares Sall, en Abc Cultural

ABC Cultural. Sábado 24 de septiembre de 2011.
Luis García Jambrina
Hace un año, José María Millares Sall (Vegueta, Las Palmas de Gran Canaria, 1921-2009) obtenía, póstumamente, el Premio Nacional de Poesía por su Cuadernos (2000-2009) (Calambur, 2009). Aunque demasiado tardío, teniendo en cuenta, además, que el autor había comenzado a publicar en los cuarenta, se trataba de un acto de justicia poética que contribuía a rescatar del olvido la obra de un poeta realmente innovador. Ya en 2008, Calambur había recuperado una de sus obras más significativas, Liverpool (1949). Krak es un libro inédito fechado en febrero de 2009, unos meses antes de morir.

En el mismo no queda claro quién o qué es esa extraña criatura poética llamada Krak, que da unidad a todo el libro. A mí se me antoja una especie de daimon profano; un espíritu caótico, maligno y protector a la vez; una suerte de doble o voz de la conciencia del yo lírico que con frecuencia lo acompaña; un ser, en fin, ambiguo, contradictorio, burlón, lúdico, escatológico, tenebroso, inestable, proteico, polimórfico, en continuo movimiento y transformación. Por otra parte, estos versos parecen escritos desde las postrimerías de la vida y desde la conciencia de la proximidad de la muerte; con la ruina, la vejez y el deterioro como telón de fondo. De ahí que el resultado sea un balance o ajuste de cuentas del yo lírico con el mundo, consigo mismo, con la Historia (hay alusiones a Franco, la censura y la posguerra) y con la propia poesía (hay zarpazos contra modas y modos poéticos).
Verso roto
Formalmente, es un poema único dividido en 23 fragmentos, escritos en verso libre y carentes de puntuación, lo que acentúa su ambigüedad. Todos terminan, además, en un verso roto y separado del resto. Pero lo más importante es la singularidad de su escritura, que podríamos caracterizar como crítica, irónica y provocadora, y, al mismo tiempo, visionaria, surrealista y experimental. Una poesía vigorosa y arriesgada, llena de libertad expresiva y vitalidad creadora, a pesar de haber sido escrita a los 88 años.
domingo, 29 de mayo de 2011
Sesión dedicada a José María Millares Sall en la BNE
lunes, 16 de mayo de 2011
Novedad Calambur Poesía: Krak, de José María Millares

jueves, 17 de febrero de 2011
Imágenes del homenaje a José María Millares Sall en el Instituto Cervantes


sábado, 15 de enero de 2011
Acto Homenaje a José María Millares Sall

con motivo de la concesión del Premio Nacional de Poesía 2010
a Cuadernos (2000-2009), editada por Calambur.
Leerán poemas de esta obra:
Alejandro Céspedes, Jordi Doce, Ignacio Elguero, Olvido García Valdés, Ana Gorría, Félix Grande, Antón Lamazares, Nieves Mateo, Miguel Ángel Muñoz Sanjuán y Ada Salas
Como cierre, se proyectará un vídeo sobre José María Millares Sall, realizado por Juan Millares Alonso.
Miércoles, 19 de enero de 2011, a las 19,30 h.
Instituto Cervantes - Salón de Actos. Alcalá, 49. 28014 Madrid
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Homenaje a José María Millares Sall en Toledo. Jueves 2 de diciembre en el Museo Sefardí

sábado, 16 de octubre de 2010
Millares Sall, Premio Nacional de Literatura, en la Radio Televisión Canaria
Carlos Carmelo. Blog de la Radio Televisión Canaria
Los Millares son como millares, una estupenda exageración que revela la trascendencia de un apellido que nombra una saga de ilustres creadores en el espacio fecundo y chiquito de una isla.
José María Millares Sall, uno de los muchos ‘millares’ artistas y escritores fantásticos, acaba de recibir el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía, que concede el Ministerio de Cultura al autor del libro más importante del año.
Es una noticia deslumbrante en una tierra pródiga en poetas a ‘millares’ de la que apenas si se acuerdan los premios nacionales, bajo aquella maldición que privó a Galdós del Nobel (dicho sea en la semana del Nobel, en la antevíspera para ser más exactos del Nobel de este jueves, acaso para otro poeta, el sueco Tomas Transtömer, autor de ‘El cielo a medio hacer’).

Esta vez, el autor y el libro deben de resultar toda una sorpresa en la capital, Madrid, donde el nombre (mejor, el apellido), sonará de algo, de alguien, un nombre familiar pese a todo, un desafío a la erudición literaria del ‘harold bloom’ nacional de turno. ¿Quién es ese José María Millares Sall?, preguntarán y habrá que insistir en la doble ele para evitar malentendidos que ya han dado lugar a patinazos célebres por aquí.
Los Millares, ¡lo tengo en la punta de la lengua! Los más conspicuos de la capital del reino dirán que el célebre pintor Manolo Millares acaso habrá dejado probablemente unos versos en la gaveta (cajón dirán) y le habrán dado el premio a esa curiosidad literaria indirecta (con esa indiferencia que don Juan Marichal retrató así: “Los canarios somos vistos en Madrid como unos bichos raros”, la rareza de ser canario, preterido y admirado por serlo, ignorado y visitado geográficamente, pero no literariamente). La injusticia de un apellido del que se adueñó sin querer el genial pintor. Los hermanos de Manolo Millares han tenido que conquistar su hueco en la historia. Don José María lo consiguió con el tiempo apremiándole y ahora se consagra ya fuera de tiempo, pero no fuera del marco de su obra.
No es broma el distraimiento crónico nacional sobre la literatura canaria, unas veces por timidez (como le contaba a Nilo Palenzuela, coodinador literario de los ‘Horizontes insulares’) y otras por desinterés peninsular hacia el insular más interesante, porque la distancia es la coartada del olvido que es la coartada de la ignorancia que es la coartada perfecta. Yo sólo sé que no sé nada, dicho aquí sin ninguna ironía socrática, sí con decepción reiterativa.
Don José María, pintor, compositor de canciones como ‘Campanas de Vegueta’ (¡que suenen las campanas de Vegueta en esta enhorabuena!) y poeta de cuerpo entero, me confesó una noche en La Laguna que no ser reconocido es una pesadilla más que un pesar, porque entraña hablarle a las paredes. Obtuvo, no obstante, la gloria a tiempo, justo antes de morir hace un año, cuando le vi feliz recibiendo el Premio Canarias de Literatura que tanto se merecía y esperó con cierta desesperanza.
Y ahora le dan el Nacional de Literatura póstumamente por un libro póstuno, ‘Cuadernos (2000-2009)’, editado por Calambur. El premio de su vida que no conoció en vida, pero aquí entraríamos en cuál de todas es la auténtica vida de un poeta, si la suya propia o la de su obra que le sobrevive.
En nuestra modesta aportación a las literaturas de Europa y América (África es una asignatura pendiente, con la excepción de la amistad y correspondencia de Pedro García Cabrera y el senegalés Lepoldo Sedar Senghor), Canarias siempre produjo una copiosa ‘insulina’ poética contra el olvido goloso de los críticos y editores de los círculos capitalinos del Estado. Este premio honra a don José María, artesano exquisito de la palabra, pero también ayuda al resto de poetas insulares a salir del letargo en el ‘universo’ nacional. Al menos, por un día. Hoy.
Dos nuevos libros inéditos de Millares Sall saldrán al mercado
EFE
La obra publicada del Premio Nacional de Poesía de este año, José María Millares Sall, se ampliará próximamente con la salida al mercado de dos nuevos libros inéditos suyos que llegarán a los lectores a título póstumo, según avanzó su sobrina y colaboradora Selena Millares.
La próxima publicación de esos dos libros, que prepara Calambur Editorial, constituye "un regalo que nos guarda el poeta" tras su fallecimiento, ocurrido el año pasado, anunció en el día de la concesión del Premio Nacional Selena Millares, doctora en Filología, profesora titular de la Universidad Autónoma de Madrid y experta también en la obra de otros autores como Pablo Neruda.
Aunque sin aclarar la fecha precisa en que podrían llegar a las librerías las dos obras póstumas de Millares Sall, su sobrina y colaboradora sí anticipó algunas de sus características, asegurando que una de ellas, titulada "Krack", es "un libro brillantísimo".
Se trata de "un libro muy experimental y lúdico y, al tiempo, muy crítico", añadió.

En cuanto al otro volumen de Millares Sall en preparación indicó que está conformado por "una selección de sus paremias, composiciones que vienen a ser su versión personal de los haikus" de la tradición japonesa.
Composiciones que ya dio a conocer parcialmente tiempo atrás, mediante una exposición que organizó en Canarias, pero que, "en la mayoría de los casos, están inéditas y son una maravilla", adelantó.
La publicación de una y otra obra, prevista para dentro de algunas semanas, vendrá precedida ahora del eco mediático de la concesión al canario Millares Sall del Premio Nacional de Poesía, que se produce casi un año justo después de su muerte, ocurrida en septiembre de 2009.
El premio a Millares Sall, “un acto de justicia poética”
Su sobrina, Selena Millares, asegura que es "una de las voces más importantes de la literatura canaria, sin duda"
EFE
La concesión del Premio Nacional de Poesía al escritor canario José María Millares Sall constituye "un acto de justicia poética muy grande", en opinión de su familia, según declaró su sobrina Selena Millares, doctora en Filología y amplia conocedora de su obra literaria.
Profesora titular de la Universidad Autónoma de Madrid y experta también en la obra de otros autores como Pablo Neruda, esta familiar de Millares Sall valoró este premio porque reconoce a "una de las voces más importantes de la literatura canaria, sin duda", pero también los méritos de la obra que le valió el galardón al autor recientemente fallecido, titulada "Cuadernos 2000-2009".
Una obra consistente en una selección de los poemas que fue escribiendo el isleño en sus últimos años de vida y que conforma un libro "tan extraordinario" que ha determinado que el jurado del Premio Nacional se lo haya otorgado pese a haber muerto ya, algo que no suele suceder.

Y es que, si bien los parientes y admiradores de Millares Sall sabían que "había una posibilidad" de que el libro resultara galardonado, conocían también -argumentó- el hecho de que "no es nada normal que se premie a alguien fallecido".
Por ello, Selena Millares no ocultó su satisfacción por la decisión del jurado, tanto por tratarse de un familiar suyo, con cuyo trabajo colaboró estrechamente además en los últimos años, como, según destacó, por lo que supone para la literatura hecha en Canarias.
Ello se debe a que "es infrecuente que haya premios para nuestra literatura canaria", dijo la especialista, que matizó que ello se debe a que los autores de las islas, "lamentablemente, no saben proyectarse en el exterior".
José María Millares Sall, fallecido en septiembre de 2009, ha sido designado hoy ganador del Premio Nacional de Poesía, que pretende distinguir la mejor obra de poesía publicada en España a lo largo de 2009, tanto en castellano como en gallego euskera y catalán.
El jurado ha estado presidido por el director general del Libro, Rogelio Blanco, y han formado también parte de él Luis María Anson, Euloxio Rodríguez Ruibal, Lourdes Otaegi, Álex Broch, Francisco Días de Castro, Andrés Sorel, Luis García Jambrina, Carlos Reigosa, Ana Gorría y los dos últimos autores galardonados: Juan Carlos Mestre y Joan Margarit.
Millares Sall, Premio Nacional de Poesía, en La Provincia
EP La Provincia
El poeta canario José María Millares Sall, fallecido en 2009, ha sido galardonado este martes con el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía por la obra Cuadernos (2000-2009). El premio lo concede el Ministerio de Cultura para distinguir una obra de autor español escrita en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado y editada en España durante 2009. Está dotado con 20.000 euros.

Además compuso letra y música de canciones como 'Campanas de Vegueta' o 'De belingo' y expuso su obra plástica en Las Palmas, Tenerife y Madrid. Refundó Planas de poesía y publicó Ritmos alucinantes. A partir de 'Hago mía la luz' (1977) sus publicaciones se desencadenan y es reconocido con el Premio Canarias de Literatura. Cuadernos (2000-2009) y Esa luz que nos quema fueron sus últimas obras, publicadas después de su fallecimiento en septiembre del 2009.
El Jurado ha estado formado por Luis María Ansón, por la Real Academia Española; Euloxio Rodríguez Ruibal, por la Real Academia Gallega; Lourdes Otaegi, por la Real Academia de la Lengua Vasca; Alexandre Broch i Huesa, por el Instituto de Estudios Catalanes; Francisco Díaz de Castro, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Andrés Sorel, por la Asociación Colegial de Escritores (ACE); Luis García Jambrina, por la Asociación Española de Críticos Literarios; Carlos González Reigosa, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Ana Gorría, por la Ministra de Cultura; y Juan Carlos Mestre y Joan Margarit i Consarnau, autores galardonados en las dos últimas ediciones. Ha actuado como presidente el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco y como vicepresidenta, la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández
Millares Sall, Nacional de Poesía, en EFE
05.10.10 | Agencia EFE
El escritor canario José María Millares Sall, fallecido en septiembre de 2009, a los 88 años, ha ganado hoy el Premio Nacional de Poesía con su libro Cuadernos 2000-2009, una selección de los poemas que escribió en sus últimos años y en los que conviven el amor, el sueño, la enfermedad, la vejez y la ruina.

El jurado ha tenido en cuenta "la extraordinaria modernidad" de la poesía de Millares, que comenzó a publicar en los años 40, y "que hoy mantiene absolutamente su vigor y su primacía como poesía innovadora", dijeron a Efe fuentes del jurado.
Hermano del poeta Agustín Millares y del pintor Manolo Millares, el premiado publicó algunos poemas que podrían considerarse "avecindados en el social-realismo, pero no dejó de incorporar fórmulas que provienen del surrealismo y de otras técnicas poéticas muy distintas" de esa corriente social, añadieron esas fuentes.
El otorgar el Nacional de Poesía, dotado con 20.000 euros, a un escritor fallecido no ha suscitado "ningún problema" entre los miembros del jurado, porque lo que se tiene en cuenta es que la obra haya sido publicada a lo largo de 2009, y Cuadernos lo fue por Calambur.
Además hay un precedente reciente: En 2006, Alberto Méndez, fallecido en diciembre de 2005, ganó el Premio Nacional de Narrativa por Los girasoles ciegos, un libro de relatos sobre la Guerra Civil, que publicó sólo unos meses antes de su muerte.
El libro merecedor del Nacional de Poesía también figuró entre los favoritos para el Premio de la Crítica, que se falló en abril pasado en Barcelona y que finalmente recayó en Francisco Ferrer Lerín por su poemario Fámulo.
Emilio Torné, director de Calambur, manifestó hoy "la alegría inmensa" que tenían en la editorial por la concesión de este premio a Millares, aunque, lógicamente, ese sentimiento se mezcla con "la tristeza" de la reciente perdida del poeta, dos meses antes de que Cuadernos 2000-2009 viera la luz.
Murió con casi 89 años, pero "tenía la cabeza de un joven" y estaba "muy ilusionado con la buena acogida que había tenido la reedición de Liverpool, un libro del año 49, que no conocía casi nadie. Una obra sorprendente, de aliento surrealista, cuando en la España de la época se escribía de manera muy diferente", afirmó Torné en declaraciones a Efe.
Millares se encargó de seleccionar los poemas que conformarían Cuadernos y llegó a ver antes de morir las pruebas del libro.
A partir del año 2000 "decidí escribir como quería, o como me daba la gana, sin pensar si lo que hacía era o no del gusto del lector", dejó escrito el propio poeta, y recordó hoy Torné.
Y es ese espíritu libre el que late en los versos de Cuadernos 2000-2009, cuya "escritura anárquica, a veces sin buscarlo, hace uso de lo esperpéntico, de lo onírico, del surrealismo", si bien su poesía, decía José María Millares, era "básicamente existencial".
"Decidió soltarse las ataduras y los corsés que limitaban la escritura de otros poetas, y el resultado es que su poesía es extraordinariamente joven", señaló el editor.
En los suplementos literarios no aparecieron reseñas de Cuadernos, salvo en "Babelia" (El País), el pasado agosto, pero "era muy comentado en los blogs poéticos de los jóvenes, que premiaron incluso esta obra", recordó.
Para Selena Millares, sobrina del galardonado y buena conocedora de su obra, la concesión del Premio Nacional de Poesía a José María Millares constituye "un acto de justicia poética muy grande", declaró a Efe esta doctora en Filología y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid.
Experta también en la obra de autores como Pablo Neruda, Selena Millares cree que el premio reconoce "una de las voces más importantes de la literatura canaria, sin duda", pero también los méritos concretos de "Cuadernos 2000-2009".
Nacido en Vegueta, Las Palmas de Gran Canaria, en 1921, Millares publicó en 1946 sus primeros poemarios.
Junto con sus hermanos Manolo y Agustín, fundó en 1947 la colección "Planas de poesía", cuya primera entrega será Liverpool, un poemario que también destaca por su modernidad.
En 2009 ganó el Premio Canarias de Literatura en reconocimiento a su original trayectoria poética. Cuadernos 2000-2009 y Esa luz que nos quema fueron sus últimas obras, publicadas después de su fallecimiento.
El jurado del Nacional de Poesía ha estado presidido por el director general del Libro, Rogelio Blanco, y han formado parte de él Luis María Anson, Euloxio Rodríguez Ruibal, Lourdes Otaegi, Álex Broch, Francisco Díaz de Castro, Andrés Sorel, Luis García Jambrina, Carlos Reigosa, Ana Gorría y los dos últimos autores galardonados: Juan Carlos Mestre y Joan Margarit.
viernes, 15 de octubre de 2010
Millares, Premio Nacional de Poesía, en Público
Fallecido en 2009, el poeta canario recibe el galardón a título póstumo por una decidida propuesta radical y libre
Público, 6 octubre 2010, Peio H. Riaño
La libertad le llegó a nueve años de su muerte. Fue entonces cuando el poeta José María Millares (Las Palmas de Gran Canaria, 1921-2009) empezó a escribir sus cuadernos, con la mano libre de medidas y de embalajes. Y ya no interrumpió su actividad hasta un mes antes de morir, recuerda su hija Susana Millares, que celebra el reconocimiento a título póstumo que recibió ayer su padre: Premio Nacional de Poesía por el libro del que ni pudo ver las pruebas antes de entrar en imprenta. Cuadernos 2000-2009(editado por Calambur) fue considerado ayer por el jurado de una "extraordinaria modernidad", así como el conjunto de su obra, publicada desde los años cuarenta.

No es la primera vez que se concede un galardón de esta importancia a un autor fallecido. Antes, en el año 2006, el Premio Nacional de Narrativa fue para Alberto Méndez por Los girasoles ciegos. "El premio servirá para recuperar a un autor con una obra tan valiosa como desconocida", reconoció aPúblico el escritor y crítico Luis García Jambrina, que formó parte del jurado. Según cuenta el mismo Jambrina, no había favoritos para esta edición, pero poco a poco los miembros se decantaron por el poeta canario hermano del pintor Manolo Millares.
Jambrina destacó de su obra su "espíritu vanguardista y el compromiso", una alianza que sucede también en la obra plástica de su hermano. Su editor, Emilio Torné, compara su poesía con la pintura de Manolo en "la fuerza expresiva y textura". El mismo Torné que recuperó en 2008 la obra emblema de Millares, Liverpool, publicada en 1949 insistió en la libertad con la que trabajó en los citados cuadernos: "Alguien puede escribir así, sin referencias, sólo si lleva toda la vida escribiendo". Y destaca que quien se acerque por primera vez a su obra descubrirá con sorpresa libros muy vitalistas, en la que está todo, desde la gente y la naturaleza, al mar y el compromiso. "Con una libertad metafórica absoluta, poco redicho, y mucho más moderno que algunos autores de 40 años de hoy, que están acartonados a su lado. Es un libro y un autor sin banda, libre".
De hecho, en el prólogo de Cuadernos, el propio poeta escribe sobre sus intenciones creativas a esa edad: "Lo hice como quería, o como me daba la gana, sin pensar si lo que hacía era o no del gusto del lector. Y fue así como comencé a llevar a la práctica lo que ahora escribo [...] escritura anárquica que, a veces sin buscarlo, hace uso de lo esperpéntico, de lo onírico, del surrealismo, si bien mi poesía es básicamente existencial". Innovador, moderno y arriesgado, en ese momento empezó a desarrollar una escritura automática, que camina por zonas poéticas poco transitadas.
"Cuando más escribió fue cuando se jubiló", recuerda su hija, que vio a su padre trabajar duro toda su vida para mantener a una familia numerosa detrás de un escritorio, como administrativo de una gran empresa. Lo que le dio de comer le robó el tiempo de lo que le alimentaba. "Decía de sí mismo que era un chupatintas. Se refugió en la poesía". Se sentaba todos los días ante el ordenador, "sabía que le quedaba poco tiempo", y trabajaba incansablemente. "Cuando publicó Liverpool no se entendió nada. Fue un hombre muy avanzado para su tiempo, como toda su familia", cuenta.
El crítico canario Jorge Rodríguez Padrón apunta que incluso sus propios compañeros de generación le recriminaron haber escrito como escribió aquel Liverpool. Y desde entonces hasta el año 2000 estuvo haciendo poesía "que no quería hacer". Todos esos años retraído y muy poco dado a la publicidad, trabajando en silencio. "Con estos Cuadernos hizo un salto imprevisible y arriesgado: no es un colofón vital que resume la vida de alguien mayor, es un ejercicio de vitalidad juvenil asombrosa". Destaca de Millares su facilidad para los grandes aciertos en la imagen: "En él no aparece la abstracción de la pintura de su hermano, sus imágenes son reales y deformadas, como el expresionismo alemán de los años veinte".
http://www.publico.es/culturas/340052/millares-premio-nacional-de-poesia
Millares, Premio tras la muerte, en La Razón
Millares premio tras la muerte
«Escribo para una generación que aún no ha nacido, y para otros, contemporáneos, que todavía tendrán que aprender a leer», declaraba con entrañable sorna ,ya cercano a su lecho de muerte, José Millares Sall (Vegueta, Las Palmas de Gran Canaria, 1921-2009), autor que ayer obtuvo el Premio Nacional de Poesía a título póstumo por «Cuaderno 2000-2009» dotado con 20.000 euros.
Anárquico e insobornable, dotado de una proverbial bonhomía insolente, representa una de las voces más singulares en el panorama de posguerra. Alejado tanto de la poesía social (como sí hiciera su hermano Agustín, junto a otros relevantes poetas canarios, caso de Pedro Lezcano) como de la vanguardista, pero con cierta denuncia cívica y un surrealismo onírico, sus versos se sitúan en una órbita desarraigada y existencial.
Animal sin ojos
El premio a esta obra póstuma debería servir para abrirle paso a sus grandes poemarios anteriores, como «Esa luz que nos quema» y, sobre todo, «Liverpool», uno de sus grandes referentes, como lo demuestran estos versos: «Esa sombra/que huye y el silencio/y más allá de su luz/ese animal sin ojos/que aún nos llama». Se trata de un desgarrador alegato urbano proyectado en el interior del autor aun con ciertas resonancias de «Poeta en Nueva York», de Lorca, y de «Hijos de la ira», de Dámaso Alonso, Millares se sirve con voz muy singular de elementos metafóricos del espacio exterior para enfrentarse al propio laberinto de la intimidad.
La llegada de José María Millares al mundo de la lírica no es casual. La creación corre por las venas de una familia que escribe, pinta y piensa: Agustín será uno de los nombres de la poesía canaria de denuncia más notables, mientras que el arte de Manuel traspasará las fronteras de la isla para instalarse como referente de la vanguardia española de los cincuenta.
José María Millares, Premio Nacional de Poesía, en El País
miércoles, 13 de octubre de 2010
El prodigioso clan Millares, en El Mundo
"Como la película de los Panero pero en Gran Canaria". Era una manera de definir, allá por 2006, el documental 'Cuadernos de contabilidad de Manolo Millares', un retrato de la familia del pintor canario dirigida por su sobrino Juan y narrada por su hija, Eva. En la pantalla, los hermanos y la viuda del pintor intercambiaban ternuras y algún arañazo. Y entre ellos, José María Millares Sall, que esta mañana ha ganado, a título póstumo, el Premio Nacional de Poesía por sus 'Cuadernos 2000-2009', los poemas que escribió durante los últimos años de su vida.
Quizá no fuera para tanto como para hablar de 'El desencanto'. "Mis tíos han sido todos personas encantadoras. Se querían y se peleaban, pero era el tipo de peleas que tienen todos los hermanos del mundo", explicaba esta mañana Juan Millares a EL MUNDO.es. "José María, en particular, fue un hombre muy entrañable, con una simpatía arrolladora, muy divertido y muy sensible...". También fue un poeta no del todo conocido por los lectores de la Península.
"Era un excelente poeta, muy apasionado", continúa Juan Millares. "Trabajó en Transmediterránea, vivió una época en la Península, tuvo sus negocios... Pero su pasión era la poesía. Si no es muy conocido es por lo de siempre, porque Canarias está a 2.000 kilómetros de Madrid y cuesta mucho conseguir que alguien repare en ti. José María pagó la distancia".
La película de Juan Millares retrataba la historia de la familia: un clan que, ya a principios del siglo XX, concentraba a su alrededor gran parte de la vida intelectual de Las Palmas de Gran Canaria. Unamuno, por ejemplo, los frecuentó durante su exilio canario.
Sin embargo, en los años 40, los Millares entraron en un bache. El padre de Manuel y José María, un hombre dulce e inteligente pero con un carácter frágil, fue depurado por el franquismo. Apenas era capaz de mantener a la familia. Los niños se consolaban en la playa de Las Canteras, donde jugaban con Martín Chirino y con Eugenio Padorno. Juagaban, escribían, soñaban...
Había líneas de tensión, claro. "El problema fue entre mi tío Agustín y Manolo", recuerda Juan Millares. "Agustín estaba en el PCE y censuraba el arte abstracto. Y por eso chocó con Manolo". Esas cosas que pasan en las familias.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/05/cultura/1286278952.html
José María Millares Sall, Premio Nacional de Poesía por la obra Cuadernos (2000-2009), en El Cultural
La obra premiada del poeta y artista canario se publicó después de su fallecimiento, en septiembre de 2009
Premiar a un escritor fallecido no ha suscitado "ningún problema" entre los miembros del jurado, porque lo que se tiene en cuenta es que la obra galardonada haya sido publicada a lo largo de 2009, y Cuadernos... lo fue por Calambur. Además hay un precedente reciente: En 2006, el escritor Alberto Méndez, fallecido en diciembre de 2005, ganó el Premio Nacional de Narrativa por Los girasoles ciegos, un libro de relatos sobre la Guerra Civil, que publicó sólo unos meses antes de su muerte.
El jurado ha tenido en cuenta "la extraordinaria modernidad" de la poesía de Millares, que comenzó a publicar en los años 40, y "que hoy mantiene absolutamente su vigor y su primacía como poesía innovadora". Millares publicó algunos poemas que podrían considerarse "avecindados en el social-realismo, pero no dejó de incorporar fórmulas que provienen del surrealismo y de otras técnicas poéticas muy distintas" a esa corriente social, añadieron fuentes del Jurado.
José María Millares Sall (Vegueta, Las Palmas de Gran Canaria, 1921-2009) publicó en 1946 sus primeros poemarios. En 1948 fundó con sus hermanos Manolo, pintor, y Agustín, poeta, la colección Planas de poesía cuya primera entrega será Liverpool, un poemario que destaca por su modernidad y que Calambur reeditó a finales de 2008. En años sucesivos se dedicó a la preparación de libros artesanales, que firmaba en ocasiones con el seudónimo Juan Martín el Empecinado y colaboró con su poemario Aire y humo en otro proyecto literario familiar, la revista Millares.
En su menos conocida vertiente musical Millares Sall compuso letra y música de canciones como Campanas de Vegueta o De belingo y expuso su obra plástica en Las Palmas, Tenerife y Madrid. Refundó Planas de poesía y publicó Ritmos alucinantes. A partir deHago mía la luz (1977) sus publicaciones se desencadenan y es reconocido con el Premio Canarias de Literatura. Cuadernos (2004-2009) y Esa luz que nos quema fueron sus últimas obras, publicadas después de su fallecimiento en septiembre del 2009.
El Jurado Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía ha estado formado por Luis María Ansón, por la Real Academia Española; Euloxio Rodríguez Ruibal, por la Real Academia Gallega; Lourdes Otaegi, por la Real Academia de la Lengua Vasca; Alexandre Broch i Huesa, por el Instituto de Estudios Catalanes; Francisco Díaz de Castro, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Andrés Sorel, por la Asociación Colegial de Escritores (ACE); Luis García Jambrina, por la Asociación Española de Críticos Literarios; Carlos González Reigosa, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Ana Gorría, por la Ministra de Cultura; y Juan Carlos Mestre y Joan Margarit i Consarnau, autores galardonados en las dos últimas ediciones. Ha actuado como presidente el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco y como vicepresidenta, la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández.
hora de recoger
y llenar la maleta de pájaros
y palabras y de cosas pequeñas y olvidadas
que si mañana viene la noche
hasta la madrugada
estaremos
igual que ahora
dibujándolas.
Debajo
de la piedra hay un reloj
y agujas que caminan y el rodar del agua bajo tierra
y encima de esa nube el tiempo
y tras del pájaro que vuela
otra piedra lanzada tras el reloj que escapa
y tras de todos esa sombra
que huye y el silencio y más allá de su luz
ese animal sin ojos
que aún
nos llama.
De Cuadernos (2000-2009) (Calambur, 2009)
lunes, 11 de octubre de 2010
Comentario en ABC sobre el Premio Nacional a José María Millares Sall

La vigilia de un poeta
Por Andrés Sánchez Robaina
La concesión del premio Nacional de Poesía a José María Millares Sall es una noticia que debe alegrar ante todo a los lectores de poesía y a quienes siguen con interés el desarrollo de la lírica contemporánea. Es una noticia que, por cierto, debería hacer meditar un poco a quienes creen que escribir en Canarias, o desde Canarias, es sufrir la condena del olvido por parte de la «metrópoli», a la que algunos acusan de practicar una severa e injusta preterición de la realidad literaria insular. Este premio, si algo demuestra, es que un poeta que hace su trabajo con una clara conciencia del alcance de su aventura, y de los riesgos y problemas que esa aventura comporta, acaba por encontrar lectores atentos. José María Millares no practicó nunca, en este sentido, ningún victimismo. Además de su obra —una obra amplia, diversa, puesta al día en un complejo arco de gustos e intereses creadores—, ha sido esta una actitud intelectual y moral que debemos agradecerle, y que es sin duda un ejemplo para las nuevas generaciones surgidas en las Islas.
http://www.abc.es/20101011/cultura/vigilia-poeta-20101011.html