miércoles, 31 de marzo de 2010
Reportaje sobre A vueltas con el autor del Lazarillo en TVE
jueves, 25 de marzo de 2010
Noticias sobre Un único día, de Jesús Hilario Tundidor
Tundidor en estado puro
Jesús Hilario presenta a la sociedad zamorana una personal selección de sus poemarios de 50 años
Para el profesor de Lengua y Literatura, Fernando Primo, que condujo la presentación literaria, «Zamora, en su geografía local y urbana», y «el tiempo, en todas sus caras,» son los elementos redundantes en toda la producción de Tundidor.
«El tiempo desconocido en "Río oscuro", tiempo inerte en "Junto a mi silencio", el tiempo cotidiano y cercano en "En voz baja", tiempo de apasionado de afirmación en "Pasiono"» o en «"Libro de amor para Salónica", donde el tiempo se convierte en amor», ejemplificó Fernando Primo. En su disertación también destacó que Hilario Tundidor «ha ido moldeando el discurso estilísticos para crear una voz que no ha dejado de evolucionar». Por su parte, la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, subrayó que «es una actividad de uno de los nuestros, porque las personas como Jesús Hilario Tundidor son las que nos van a hacer progresar», atestiguó.
Además de personas vinculadas con la cultura de la ciudad, poetas, como Juan Manuel Rodríguez Tobal, o artistas, como Alfonso Bartolomé, acudieron a la presentación tres estudiantes de 3ª de la ESO del colegio Sagrado Corazón de Jesús que pretendían hacer una entrevista al autor del «Junto a mi silencio» para «un trabajo» precisaron las jóvenes.
http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2010/03/18/recopilan-poesia-jesus-hilario-tundidor-1960-2008/423543.html
http://www.zamoradigital.net/?p=4947
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=315233
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=309426
http://www.nortecastilla.es/v/20100313/zamora/hilario-tundidor-afirma-verdadero-20100313.html
http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2010/03/13/voz-experiencia-mejor-verso/422329.html
http://www.europapress.es/castilla-y-leon/zamora-00375/noticia-calambur-edita-recopilacion-poemas-escritos-tundidor-ultimo-medio-siglo-20100318174624.html
http://www.cope.es/local/18-03-10--poeta-jesus-hilario-tundidor-publica-recopilacion-su-obra-150345-2
miércoles, 24 de marzo de 2010
Noticia: Francisca Aguirre gana el Premio de Poesía Miguel Hernández
Francisca Aguirre gana el Premio de Poesía Miguel Hernández con el libro de poemas Historia de una Anatomía
EFE
La alicantina Francisca Aguirre Benito, con el poemario Historia de una Anatomía, ha sido la ganadora del Premio Internacional de Poesía "Miguel Hernández- Comunidad Valenciana" 2010, dotado este año con 24.000 euros al conmemorarse el centenario del nacimiento del literato oriolano.
El fallo ha sido comunicado hoy por la Fundación Cultural Miguel Hernández, entidad con sede en Orihuela (Alicante) que convoca el galardón, que incluye la publicación de la obra ganadora en la editorial Hiperión.
Un total de 547 trabajos literarios optaban a la actual edición de este certamen, de carácter internacional.
Francisca Aguirre Benito, nacida en 1930 y natural de la ciudad de Alicante, es hija del pintor Lorenzo Aguirre, que fue fusilado por el régimen de Franco en 1942 en un acto público y que compartió cárcel con Miguel Hernández.
Precisamente, Historia de una Anatomía trata de la experiencia vivida por su autora tras la muerte de su padre a manos de los franquistas.
En ese poemario, Francisca Aguirre Benito "ha construido una parte de su vida en torno a ese hecho espantoso" y "lo ha sabido convertir en poesía" a través de la emoción, según ha resaltado uno de los miembros del jurado, Ricardo Bellveser.
La ganadora está casada con el poeta Félix Grande, y es madre de Guadalupe Grande, también poetisa.
Francisca Aguirre Benito ha publicado varias obras, entre las que destacan el poemario La otra música, el libro de relatos Que planche Rosa Luxemburgo (Premio Galiana, 1994) y el libro de recuerdos Espejito, espejito.
Ha conseguido el premio de poesía Leopoldo Panero (1971) por su libro Ítaca, publicado en 2004 por la Editorial BOA, de Nueva York, y traducido al inglés.
También ha obtenido el Ciudad de Irún (1976) por la obra Los trescientos escalones, el Premio Esquio (1995) por su libro de poemas Ensayo General y el Premio María Isabel Fernández Simal (1998) por su poemario Pavana del desasosiego.
Además, se alzó con el Premio Ciudad de Valencia de la Institución Alfonso El Magnánimo (2007) por su libro de poemas Nanas para dormir desperdicios, que se tradujo al valenciano, inglés, francés, italiano y portugués.
El jurado ha estado integrado por el crítico literario y director de la Institución Alfonso El Magnánimo de Valencia, Ricardo Bellveser; el poeta y editor Jesús Munárriz, que representa a Ediciones Hiperión; el profesor y crítico literario del diario La Verdad, Manuel Cifo, y el poeta ilicitano Antonio Moreno, que ha reunido en Intervalos (2007) sus libros.
Lo ha presidido el director de Publicaciones del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, José Luis Ferris, que es también poeta, profesor universitario y biógrafo de Miguel Hernández, entre otros autores, mientras que el director del Patronato de la Fundación Cultural Miguel Hernández, Juan José Sánchez Balaguer, ha actuado de secretario.
Francisca Aguirre publicó en Calambur, en el año 2000, su poesía reunida hasta la fecha: Ensayo general (Poesía 1972-1999)
lunes, 22 de marzo de 2010
Juan Carlos Mestre en la celebración del Día Mundial de la Poesía
Reseña de Aquelarre de sombras, de Javier Villán
Por Julia Sáez Agudo
El libro se abre con un texto curioso, significativo para el autor: la entrada de un murciélago en la estancia doméstica en la madrugada de un frío final de agosto, sin que el siniestro animal acertara a salir y chocara una y otra vez contra los cristales. Como un presagio negro lo interpreta el poeta y las páginas siguientes abundan en el desconcierto de insomnios, fantasmas y sombras.
La portada del libro es un diseño gráfico a partir del grabado “Las resultas” de la serie “Los desastres de la guerra” de Francisco de Goya, el mismo artista que tituló una de sus obras como “El sueño de la razón produce monstruos”.
Coloquio del Cuerpo y las Sombras
Los poemas se recrean en las Sombras y el Cuerpo como protagonistas intensos de un coloquio de incertidumbre, dolor y desesperanza. “Sombra sabia: Vengo desde remotos tiempos y lugares. No hay planicie ni cóncava espesura que no haya recorrido. Cuerpo amado, siempre me diste cobijo, eras selva fresca y umbría”.
El poemario va dedicado a “Ana, que intentaba ahuyentar las sombras y le nacían estrellas en las manos”.
“Cuerpo solo: ¿Sólo el silencio es mío ¿Sólo la niebla? ¿Sólo un fantasma que no tiene humana consistencia?”
El poeta termina diciendo en un cerrado paréntesis: “(Y el cuerpo definitivamente calamitoso se negó a toda controversia. Logró dormirse al fin y, al despertarse otra vez, eligió seguir viviendo…)”
jueves, 18 de marzo de 2010
Convocatoria: conferencia de Juan Carlos Mestre en la Biblioteca Nacional
Noticias sobre A vueltas con el autor del Lazarillo
Diego Hurtado de Mendoza es el autor del "Lazarillo de Tormes". (Babylon radio)
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/26742/El_Lazarillo_no_es_anonimo
http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20100305/53896711891/el-lazarillo-de-tormes-ya-no-es-anonimo.html
http://www.libertaddigital.com/sociedad/el-lazarillo-de-tormes-ya-tiene-autor-1276386392/
http://www.diaridetarragona.com/revista/040976/el/lazarillo/tormes/deixar/annim
http://ecodiario.eleconomista.es/libros/noticias/1960056/03/10/Ya-se-conoce-la-autoria-de-El-lazarillo-de-Tormes-.html
http://lomas.excite.es/noticias/10671/El-Lazarillo-de-Tormes-tiene-por-fin-autor
http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/03/06/hurtado-mendoza-autor-lazarillo/882542.html
http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2010/03/07/documento-confirma-hurtado-mendoza-autor-lazarillo/417752.html
http://www.cope.es/noticia_ampliada_print.php5?not_codigo=146412&secNivel=1
http://www.cope.es/cultura/09-03-10--descubierto-autor-lazarillo-tormes-diego-hurtado-mendoza-146412-1
http://www.elimparcial.es/cultura/en-una-acena-del-tormes-58910.html#
http://www.diariodealcala.es/articulo_c/general/811/anonimos-literarios-existen-muchos-enigmas-acerca-de-la-autoria-de-varios-libros-que-han-pasado-a-la-historia
Por Pilaz Paz Pasamar: http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/651280/noticia/mentideros.html
http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/652130/lazarillo.html
http://www.diariodecadiz.es/article/ocio/652961/lazarillo/la/alhambra.html
http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/653521/picaro/hurtado/mendoza.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/8-3758-2010-03-14.html
http://www.granadahoy.com/article/ocio/653521/picaro/hurtado/mendoza.html
http://bibliotecanestor.blogspot.com/2010/03/quien-escribio-el-lazarillo.html
http://www.clarin.com/diario/2010/03/09/sociedad/s-02155203.htm
lunes, 15 de marzo de 2010
Novedad Poesía: Un único día (Poesía 1960-2008), de Jesús Hilario Tundidor
Jesús Hilario Tundidor
Un único día
(Poesía 1960-2008)
Calambur Poesía, 108. 2010.
ISBN: 9788483591482. 920 págs.
PVP: 50 €
Reseña de Aquelarre de sombras, de Javier Villán
Por Julia Sáez-Angulo
Periodista inteligente en la crítica de teatro y de los toros en el diario El Mundo, Javier Villán cultiva la poesía de modo continuo y libre sin adscripción a grupo alguno, de ahí su singularidad. Actualmente ha publicado Aquelarre de sombras en la editorial Calambur, una poesía elegíaca sobre el paso del tiempo, la vida, su sombría expectativa y el cuerpo como decadencia inexorable.
La frente contra el muro fue el primer título poético de Javier Villán (Torre de los Molinos. Palencia, 1942), al que siguieron otros libros. Su poesía esencial se encuentra recogida en El corazón de la ceniza (Antología poética, 1975-2006), igualmente editada por Calambur.
El libro se abre con un texto curioso, significativo para el autor: la entrada de un murciélago en la estancia doméstica en la madrugada de un frío final de agosto, sin que el siniestro animal acertara a salir y chocara una y otra vez contra los cristales. Como un presagio negro lo interpreta el poeta y las páginas siguientes abundan en el desconcierto de insomnios, fantasmas y sombras.
La portada del libro es un diseño gráfico a partir del grabado “Las resultas” de la serie “Los desastres de la guerra” de Francisco de Goya, el mismo artista que tituló una de sus obras como “El sueño de la razón produce monstruos”.
Coloquio del Cuerpo y las Sombras
Los poemas se recrean en las Sombras y el Cuerpo como protagonistas intensos de un coloquio de incertidumbre, dolor y desesperanza. “Sombra sabia: Vengo desde remotos tiempos y lugares. No hay planicie ni cóncava espesura que no haya recorrido. Cuerpo amado, siempre me diste cobijo, eras selva fresca y umbría”.
El poemario va dedicado a “Ana, que intentaba ahuyentar las sombras y le nacían estrellas en las manos”.
“Cuerpo solo: ¿Sólo el silencio es mío ¿Sólo la niebla? ¿Sólo un fantasma que no tiene humana consistencia?”
El poeta termina diciendo en un cerrado paréntesis: “(Y el cuerpo definitivamente calamitoso se negó a toda controversia. Logró dormirse al fin y, al despertarse otra vez, eligió seguir viviendo; …)”.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Reseñas de La experiencia de la memoria, de Joaquín Benito de Lucas
Benito de Lucas, Obra Completa
Conocí personalmente a Joaquín de Benito de Lucas (Talavera de la Reina, 1934) hace ya muchísimos años, en una lectura de poemas en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. Pero su nombre ya sonaba en la casa paterna desde antes, y sus libros y sus cartas y su presencia humana y lírica ya llevaban tiempo latiendo entre las paredes familiares.
Desde aquel primer acercamiento a su poesía, he seguido su trayectoria, y además, el tiempo y la fortuna me han hecho compartir con él tertulias, actos literarios, jurados, antologías… y descubrir, en cada ocasión, que su buen corazón y su excelente quehacer son aún más alargados que la vieja sombra del ciprés. Siempre hemos tenido en común, el gusto por la docencia, por la crítica literaria, por la lírica de ajustados ritmos, por el buen vino… y un recuerdo desamparado -aunque en épocas muy distintas- de nuestra juvenil estancia en tierras germanas.
Ahora, que tengo sobre mi mesa la reciente edición de su obra completa La experiencia de la memoria (Calambur. Madrid, 2009), siento una inmensa alegría por saber reunida tanta devoción y tanta entrega, tras casi más de cincuenta años al pie de las letras.
En estos dos volúmenes -que ven la luz con el apoyo del Excmo. Ayuntamiento de Talavera-, están sus dieciocho poemarios editados, desde Las tentaciones (1964), hasta La escritura indeleble (2008), —al margen de un pequeño anexo con textos inéditos—.
No es fácil dar cuenta en esta sola columna de tan ingente y estimuladora labor, pero sí caben algunas breves pinceladas que definan su exacto pulso poético: un sólido registro verbal, un sobrio dominio de las estrofas y tonalidades rítmicas, un severo compromiso con la imaginación, la belleza y la libertad creativa, un cálido fervor por la cultura árabe y oriental, una temática que se ancla en lo memorístico y una mirada que se abisma en la identidad de lo real, amplia sus horizontes y crea espacios personales y únicos.
En su certero estudio previo, Pedro J. de la Peña afirma que la de Benito de Lucas “es una poesía que va desde lo elegíaco hasta lo humorístico, sin perder nunca de vista las claves de esa relación “yo-el mundo” que le ha hecho tan rico en el percibir como en el poetizar lo experimentado”.
Desfilan por estas páginas, escenarios, vivencias, remembranzas, historias, personajes…, de varia índole, y todo ello tamizado por una sugestiva creatividad, con aroma a poesía bien armada y bien dicha. Porque el decir de Joaquín Benito de Lucas no se eleva hasta las oscuros cielos del vano oropel, sino que se posa sobre la dimensión espiritual del ser humano y escarba en sus sentimientos hasta alcanzar una altísima temperatura existencial.
De entre tantos, anoto tan sólo unos versos del que a mi entender es su libro más estremecedor, La escritura indeleble, y junto a ellos, firmo mi amistad y mi admiración: “Mas, sin embargo, escribo porque creo/ que hundir las manos en lo que fue herida/ tiene olor a manzana de la infancia:/ Y aunque engañado por el parecido,/ entre el vivir y el recordar, me dejo/ arrastrar por el fuego de la memoria…”.
http://www.andaluciainformacion.es/portada/?a=108906&i=5&f=0&b=1029
martes, 9 de marzo de 2010
lunes, 8 de marzo de 2010
Noticias sobre La experiencia de la memoria, de Joaquín Benito de Lucas
La Tribuna de Talavera, 26-2-2010
Benito de Lucas elogia la memoria al presentar sus obras completas
El editor y el prologuista de La experiencia de la memoria acompañaron al poeta talaverano en la presentación de los dos tomos que recogen sus 18 poemarios publicados
C. S. Jara
Rodeado de amigos y de seguidores de su obra, el poeta Joaquín Benito de Lucas (Talavera, 1936) presentó en la noche del jueves en el centro cultural Rafael Morales «La experiencia de la memoria», un volumen doble que recoge sus obras completas. Entre esos amigos se encontraban el alcalde, José Francisco Rivas, el editor Emilio Torné y el prologuista de la obra Pedro José de la Peña, que se encargaron de perfilar la poesía y el carácter del autor.
A la memoria y sus razones dedicó Benito de Lucas su intervención, en la que dio lectura a una serie de poemas escogidos de entre todas las épocas del medio siglo largo que lleva dedicado a la poesía. «Mi poesía se encuentra asentada en el hondo y ancho capo de la memoria», explicó el poeta, dejando claras las razones del título escogido para sus obras completas. Habló de literatura y de vida cuando indagó en el proceso creativo que convierte los recuerdos, escogidos y transformados, en versos con sentido: «El recuerdo es el guía, la memoria es la ciudad que se visita».
En un repaso escueto, pero significativo, hizo una lectura de poemas de amor, otros dedicados a la creación y otros autobiográficos, en los que tan a menudo está presente Talavera, en no pocas ocasiones a través de la figura del río a cuya orilla creció. Lo recordó el poeta Pedro J. de la Peña, autor del prólogo, que ha querido ampliar para darlo la extensión y el tratamiento de estudio: «Talavera está en todas partes y sino el Tajo, pero el Tajo también es Talavera». En este sentido, llegó a comparar esa dimensión local con la universalidad de Lorca, poeta de Andalucía. De la Peña habló de la amistad que le une al autor y de su calidad humana y literaria, de esta última en términos sumamente elogiosos: «Me he aburrido mucho más leyendo las obras completas de Neruda, que leyendo las de Joaquín Benito de Lucas».
El editor, Emilio Torné, explicó que se ha querido hacer un libro para leer, que lleva el número 105 de la colección de poesía de Calambur. «Aquí encuentran la obra de un poeta grande, y no caben muchos poetas grandes por generación», señaló para referirse a un autor, al que definió como local y universal.
«Me dirijo a un talaverano más que hace gala de serlo», le saludó el alcalde, quien recordando el título de hijo predilecto de Talavera hizo un guiño: «Joaquín es un buen hijo, lo dice su padre». Rivas agradeció al poeta su colaboración siempre que se le requiere y confesó que el Ayuntamiento, que ha colaborado con la edición, no ha querido dejar de implicarse a pesar de las apreturas económicas.
___________________
La Tribuna de Talavera, 28-2-2010
Entrevista a Joaquín Benito de Lucas
«Cuando estás alegre vives y cuando estás triste escribes»
C.S. Jara
En el escenario familiar del salón de su casa de Talavera, Joaquín Benito de Lucas deja de ser el poeta consagrado que se ve bajo los focos. Con la misma facilidad, hace concesiones a la intimidad hogareña y a la personal: «Me he sentido abandonado por todo», confiesa. Sólo una lámpara ilumina la habitación, en la que empieza a caer la tarde. Su esposa, Françoise, ejerce de anfitriona y se sienta unos momentos a escuchar la entrevista que ha empezado de repente.
Es un autor con muchos vínculos literarios. La vida le ha cruzado con grandes poetas.
En la época de estudios coincidimos Eladio Cabañeros, Carlos Sahagún, Claudio Rodríguez y Francisco Brines y éramos inseparables. Tengo un artículo, aún no publicado, sobre la Escuela Poética de Madrid, donde hablo de esto, porque hay una serie de elementos comunes: el Adonais, salir al extranjero, la influencia de Dámaso y de Alexaindre.
¿Se encuadra en esa escuela?, porque no tiene generación.
Siempre he dicho que era un poeta de la generación de los 50.
El prologuista de «La experiencia de la memoria» le deja fuera.
Porqué también he dicho que me movía en un terreno de nadie. Tengo la edad de Claudio Rodríguez, pero él gana el Adonais en el 53, yo lo gano en el 67. Empecé a publicar muy tarde y ese es el caso de la generación del 60; somos aquellos que teniendo la edad de los poetas del 50 hemos publicado con años de retraso. Mi primer libro, Las tentaciones, se publica en el 64, pero es que a partir de 1965 empiezan a publicar los novísimos, que son el escándalo poético, los que van a cambiar la literatura, aunque el proceso demuestra que no va a ser así.
Tiene además una vida académica muy activa.
Y eso puede ser también un problema dentro del mundo de la literatura, porque quizás no caiga bien entre algunos poetas que yo haga una edición de La Celestina, ¡qué coño pinta un poeta haciendo una edición de La Celestina!, o de Jovellanos, de Machado o que haya escrito de la poesía medieval. Me muevo siempre en el filo de la navaja y eso a mucha gente le jode un poco.
Pero a un poeta ese trabajo de investigación le enriquece.
Claro, claro, fíjate en la bibliografía de casi todos los poetas: han escrito libros, han ganado premios... Yo tengo tantos libros publicados de críticas o de historia de la literatura, como de poemas. Ahora tengo pendiente un libro, que estoy trabajando en él, que es Poesía y religiosidad en la edad media castellana. Desde el siglo XII, el Cantar del Mío Cid, hasta el siglo XV. Es mi tesis doctoral, que dirigió Dámaso Alonso en 1964 y ahora voy a rehacerlo y pienso que este año podré publicarlo, porque tengo contrato ya con la editorial.
¿Es muy constante escribiendo? ¿tiene mucho método?
Lo que necesito es estar solo y cuando estás solo se te ocurren cosas para escribir. Ha habido temporadas en que escribía por la noche, otras, por la mañana, pero estando solo siempre. Y sobre todo en situaciones de dolor o de reflexión profunda, o de ideas que te surgen, que son jodidas, porque cuando estás alegre vives y cuando estás triste escribes.
Lo que sí tengo es un método de trabajo, un horario. Tengo que ponerme un horario, no muy rígido, claro ya tampoco tengo la edad que tenía cuando lo cumplía rigurosamente (ahora me pregunto ¿para qué?). En la mesa de trabajo tengo el horario que por ahora no he cumplido, pero que pienso cumplir.
¿Cuántas cosas se van dejando sin cumplir?
Pocas. Hasta la correspondencia y eso que tengo un problema, porque quiero contestar a todo el mundo y a veces no puedo.
¿Cuántas cartas conserva?
Más de las que debiera. Aquí tengo un fichero de cartas, en Madrid tengo un cajón con muchísimas. Conservo muchas veces porque son amistosas, no tanto por el contenido como por la persona que la escribe. Tengo que hacer una limpieza de cartas, para saber qué tengo que conservar, pero es que… romper una carta de un amigo me da mucha tristeza, es como sino quisiera saber nada de él.
La amistad es importante en su poesía. Los afectos y eso se le acentúa con los años.
Es la concepción del desamparo que uno tiene. Yo me he encontrado desde niño como una persona desamparada y cuando he visto un gesto de amistad en alguien, me he aferrado a ese gesto. Por eso tengo ese valor de la amistad, te aseguro que no es literatura, yo me he sentido abandonado por todo, soy una persona que no he creído en nada, que la gente me ha distanciado, que se ha separado de mí.
Empezó muchas cosas tarde, pero en algún momento recuperaría el ritmo, porque ahora está a su tiempo.
(Risas) Yo he ido ganando permanentemente el tiempo que por una serie de razones de enfermedad, de situación económica, no tuve. Mi vida ha sido un esfuerzo personal. Si yo hubiera tenido una situación económica familiar normal, me hubiera quedado en Talavera, no hubiera ido a Damasco, no hubiera ido a Berlín, pero cuando en el 60 yo terminé la carrera, había que vivir. Es el problema de empezar las cosas tarde. En Berlín, menos aprender bien alemán, he hecho de todo. Allí gané el Adonais, hice las oposiciones para instituto, hice mi tesis doctoral.
Ha sido un poeta viajero.
Después de todos esos viajes, ya me gusta menos, ya he cumplido un poco ese proceso.
El poeta habla de sus viajes, de la India, en un escenario que acumula recuerdos de esos paseos por el mundo. Le flanquean una sisha a la izquierda y una representación india, parece que de Shiva, en el velador que le queda a la derecha. Sobre su sillón un recuerdo menos exótico, pero en cambio muy querido, hace más solemne la estancia, es el pergamino con el título de hijo predilecto de Talavera.
Tengo 75 años. Creo que soy muy mayor, ¿qué os parece? Yo no me siento viejo. En el fondo me encuentro todavía en disposición de escribir, tengo una serie de poemas inéditos.
¿Está escribiendo algún libro?
En principio son poemas sueltos. En las poesías completas incluyo algunos. Pero pienso seguir escribiendo porque encuentro motivos.
Uno de los autores que se citan en la solapa de este último libro hace una aproximación muy acertada a su poesía: clara, pero asentada en un trabajo férreo.
Lo decía alguien que conoce muy bien mi poesía, Manuel López Sánchez. No quiero pensar que quienes hacen una poesía diferente de la mía hacen peor poesía, mientras que muchos de ellos consideran que una poesía como la que hago yo es peor que la suya, pero bueno. Hay muchas formas de hacer poesía y muchas formas de utilización del lenguaje. A parte de que la poesía te permite trastocar la realidad. El poeta es un embustero, dice la verdad a medias, porque la memoria tampoco conserva la realidad tal como ha sido. La poesía inventa, tiene una capacidad de invención basada en unos elementos reales.
Es que la poesía es literatura.
Ese es el tema: es la transformación de la realidad en literatura. En Antinomia hay un momento que dice: si nuestra historia no es literatura, qué puede ser. Porque incluso los amores son literatura y lo que yo cuento en Antinomia son pura literatura.
Antinomia es uno de sus caprichos literarios, pero se ha dado varios: «Noces d’argent» o «El reino de la niñez».
No he tenido respeto a la literatura. Yo hago lo que quiero hacer en cualquier momento, sin duda. Es el único sitio donde yo ejerzo mi verdadera libertad, en la literatura.
¿Y qué le marca el uso del verso libre o rima?
Hubo un momento en que trabajaba mucho el verso asonantado y he hecho algún soneto, pero pocos. Me he encontrado más libre combinando formas métricas, pero liberándome de la rima, si acaso, asonante.
Los poetas no viven en el limbo, tienen preocupaciones de su tiempo. ¿Qué diferencias hay entre el Tajo que tan presente está en su poesía y el que ve ahora?
Yo es que ahora no podría escribir sobre el río, podría escribir un artículo quejándome de la situación en que se encuentra y todo eso o hacer una imagen de la vejez de un río que va muriendo lentamente. Lo veo como un problema puramente político, claro. Ríos como el Tajo, con tanta longitud, con tanto prestigio, con tanta riqueza, con tanta tradición, que lo dejen de esta manera es algo insólito. No quiero pensar en el Tajo de ahora, yo sigo pensando en el Tajo ideal de mi infancia.
Es usted un talaverano de sólida y activa militancia.
Lo he dicho muchas veces, no hablo de Talavera, hablo de mi vida, y como mi vida es Talavera. Me siento integrado en Talavera, hay veces que no podría vivir en dos sitios que no fuesen, por un lado Madrid y por otro lado Talavera, yo que he vivido en muchísimos sitios y en muchísimos países. Y poco a poco, a medida que va bajando el entusiasmo por la vida, creo que… «me moriré en París, en aguacero», decía Vallejo. Me moriré en Talavera, incluso sin aguacero (risas).
¿Tiende a venir cada vez más?
Sí, sí. Pero incluso para no ver a nadie. Para mirar desde la terraza. Talavera es algo que tienes enganchado a tu vida y de lo que no quieres ni puedes separarte. Te he dicho antes que era una persona completamente desprotegida, en Talavera encuentro protección, no porque la gente me conozca o me hable, sino porque el entorno me protege. Esa protección, histórica si quieres, de la memoria, de la experiencia de la memoria, es lo que te hace encontrarte bien, seguro, en un lugar concreto, y eso me ocurre en Talavera.
La experiencia de la memoria, sus obras completas. ¿La memoria es su gran tema literario?
Sin duda, siempre se conservan cosas. Cuando escribes poemas estás estrujando no diré la vida, pero sí la memoria. O mejor, lo que memoria guarda de lo que estás viviendo. Porque en el fondo lo que dices no es la verdad, la memoria falla, guarda una referencia del hecho que puede ser real o no. Unas veces porque la memoria guarda mal el recuerdo del hecho y otras por la capacidad creativa del poeta.
¿Es un hito personal?
A mí me da un poco de pena porque parece que es el testamento. Pero eso lo pensé después. Primero pensé que era el momento ya, por mi edad y por mi obra, que debería reunir mis obras completas, muchos de cuyos libros no se podían encontrar. Pero es una enorme satisfacción porque ves recogido un trabajo de muchos años.
También le prestigia como poeta, ¿no?
No a todos les publican las obras completas. No todo el mundo puede publicarlas, piensan en la calidad del poeta y en la posibilidad de venta, de negocio y en este caso han buscado el patrocinio del Ayuntamiento de Talavera. En este caso, el concejal de Cultura, Carlos Gil, ha sido muy generoso. Y no es la primera vez que el Ayuntamiento me ayuda.
¿En Talavera se siente querido?
«Querido y no querido por las calles, que digo en un poema. Me siento más querido por la gente que me conoce por lo que escribes o por lo que dice la radio o por lo que se habla de mí, que por ciertas personas que me conocen perfectamente. Cualquier éxito en el mundo literario, te crea un par de enemigos más, como mínimo.
Pues entonces este libro le va a crear más de dos.
Pues posiblemente, porque como son dos volúmenes.
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ABC Castilla-La Mancha, 8-3-2010
Joaquín Benito de Lucas: Obra completa
Ángel del Valle (Académico de Bellas, Artes y Ciencias Históricas de Toledo)
Lunes , 08-03-10
Joaquín Benito de Lucas (Talavera de la Reina, 1934) acaba de presentar La experiencia de la memoria, título que comprende su poesía desde 1957 hasta 2009. Calambur edita, el Excelentísimo Ayuntamiento patrocina y Pedro J. de la Peña prologa.
Talavera: activa, comercial, laboriosa, no peyorativamente fenicia, inquieta en su propio devenir histórico. Pero con fe, con emoción, con sensibilidad. En su matraz vierte Joaquín su palabra y la macera y se hace abanderado de su ciudad. No, no puedo enjuiciar críticamente su obra porque no tengo la preparación suficiente para ello; ni siquiera hablar de su poesía. Pero sí puedo referirme a él como talaverano.
Una obra la de Joaquín en la que hace bandera de mi mismo río, de mis mismos puentes, de idénticas calles; de la misma Fe en la Virgen de todos. En amigos comunes, más suyos que míos, sí, pero en muchos momentos compartidos y a los que retrata con las palabras que todos quisiéramos encontrar cuando lo intentamos...
Palabras que fluyen en su poesía tan musicalmente como las aguas del Tajo, de «su» Tajo, de «nuestro» Tajo. Que llevan engarzados los ruidos, los sonidos de nuestras calles a las que, como señala Abraham Madroñal, las universaliza desde sí mismas.
Joaquín viene a Talavera y se vuelca con ella y Talavera con él. Es Hijo Predilecto para premiar su predilección por su ciudad, nunca olvidada, siempre presente en el ritmo de su verso libre o en la maestría de sus metáforas esté dónde esté: en Damasco, en China, en Belén, en Berlín... Y Talavera le honra dando su nombre a instituciones y eventos. ¿Para cuándo un monumento compartido con Rafael Morales?
Pedro J. de la Peña destaca «la hipersensibilidad de Joaquín para tratar sus temas sobre la familia, su infancia, su río y su ciudad» y es esta misma sensibilidad la que abre las puertas de su corazón para entregarse a Talavera y para recibirla en una ósmosis permanente. Los Premios poéticos de los que es alma mater y el Ciclo de Poesía Actual, que tiene como marco a otra puerta siempre abierta a Talavera, la de la Galería Cerdán, son los máximos exponentes de lo anterior. Pero, asimismo, acoge en su casa a quien quiera acercarse buscando su consejo y su magisterio, con una disponibilidad intemporal… Y, François, dulce esposa de eterna sonrisa colgada en sus labios, en sus ojos, en su alma. A tenor de esto, recuerdo que, en mayo de 1998, en estas mismas páginas de ABC, yo venía a decir a «mis Cigüeñas del Tajo» refiriéndome a Joaquín, que «al hombre que baña sus sentimientos en el ritmo propio de su palabra, se le llama poeta, el cuál no guarda nada para sí, y se lo da a los demás para hacerse, cuánto más da, más poeta».
Talavera de la Reina, hidalga, leal y noble ciudad junto al río Tajo, de cristalinas aguas (¡qué tiempos aquellos!) y doradas arenas en palabras de Cervantes, siempre ha sido llevada por Joaquín como una antorcha en su poesía y la ha cantado con su palabra húmeda de arcillas y con los latidos enamorados de su río, sin acallarla nunca, mostrando siempre en alto a su maravillosa ciudad de las redes azules. La nuestra.
viernes, 5 de marzo de 2010
El Cultural: El Lazarillo ya tiene autor: Diego Hurtado de Mendoza
La considerada como primera novela moderna -embrión del Quijote- ha sido motivo de estudio de los mejores especialistas. Durante los dos últimos siglos se le han adjudicado autorías distintas y procedencias estéticas e ideológicas muy diversas, pero nunca se había encontrado un testimonio directo que lo relacionara con un autor, y que permitiera un estudio documentado. El Lazarillo se publicó en 1554 y, al poco tiempo, en 1559, sus supuestas obscenidades e irreverencias lo llevaron al Catálogo de Libros Prohibidos.
Quiere Mercedes Agulló que quede claro que la casualidad no ha intervenido en su investigación. Y para ello quiere empezar por el principio, por su Tesis doctoral, que versó sobre La imprenta y el comercio de libros en Madrid. Siglos XVI-XVIII.
- Para redactarla me fue necesario consultar la documentación de Archivos parroquiales, Archivo Histórico de Protocolos y el Histórico Nacional, esencialmente. Entre esos documentos figuran muchos Inventarios de libros, tanto de impresores y libreros, como de personajes. Acabada la Tesis, no terminé yo mi tarea sino que la continué con idea de hacer unas “Adiciones”, que en este momento ya tengo preparadas para su publicación, una vez que la Tesis está en Internet, para que al menos sea útil y no esté sometida a “saqueos”. En estas “Adiciones”, he prestado especial atención a los Inventarios y tasaciones y, en mi búsqueda, di con el de los libros pertenecientes a un abogado Juan de Valdés, dueño nada menos que de casi 300 obras (todas inventariadas con su lugar de impresión y año, lo que no es muy habitual). Más importante todavía es que, junto al Inventario de ese Valdés, su hermana y testamentaria realizó el de los bienes y libros de Juan López de Velasco, de quien el abogado había sido testamentario.
Papeles de López de Velasco
“¡Ese Inventario sí que es una auténtica joya y un centón de noticias!”, subraya Mercedes, que está preparando ya un trabajo sobre ambas “librerías” (como se llamaban entonces las bibliotecas). Nos recuerda la autora la importancia de este personaje de la corte de Felipe II, cosmógrafo, gramático, historiador, que poseía una biblioteca impresionante de libros sobre América. Pero, lo más importante, López de Velasco fue encargado (¿por el Rey?) oficialmente de “castigar” el Lazarillo en 1573, es decir, de podarlo y censurarlo para poder sacarlo del Catálogo de los libros prohibidos.
“Puede suponer -cuenta Mercedes- con qué atención y minuciosidad leí ese Inventario. Junto a un importantísimo bloque documental de “papeles” americanos y una gran parte de las obras de San Isidoro (recogidas en la Cartuja sevillana de Las Cuevas, en León, en Alcalá… porque López de Velasco estaba trabajando en el tema), se encontraba en una serie de serones y cajones el impresionante lote de documentos acumulados por don Diego Hurtado de Mendoza durante su larga vida -75 años- ya que al Cosmógrafo Real se le había encargado la administración de su hacienda. Ahí encontramos, al lado de “Una copia de Las guerras de Granada y otros papeles de la hacienda de Carmona”, dos líneas que dicen: UN LEGAJO DE CORRECCIONES HECHAS PARA LA IMPRESIÓN DE LAZARILLO Y PROPALADIA.
“Creo que estuve leyendo y releyendo esas dos líneas no sé el tiempo…” añade.
Todo esto lo cuenta Mercedes Agulló con un garbo y una memoria envidiables, impropios de sus 84 años desde su casa de El Puerto de Santa María, donde vive con su perro, su gato y millares de copias de legajos valiosos, que esconderán sin duda secretos de nuestra literatura y nuestra historia. Ahora trabaja sobre tapiceros y bordadores de los siglos XVI al XIX, “pero de lo que sí presumo -dice entre risas- es de ser una buena paleógrafa”.
La afirmación no es baladí porque la lectura de documentos de los siglos XVI y XVII es una tarea complicadísima, casi imposible, para el común de los mortales. A partir de aquel hallazgo, la investigadora confiesa haber invertido en el Lazarillo sus buenos cinco años, “¡ no siempre escribiendo, claro!, sino esperando libros pedidos que tardaban meses en llegar y cuya petición tramitaba Pilar Alcina, sin cuya ayuda no habría sido posible contar con ellos”. Cinco años de comprobaciones, lecturas, “porque un buen investigador debe siempre conocer, antes de escribir una sola línea, lo que ya se ha dicho y escrito”, y en el caso del Lazarillo la bibliografía casi alcanza la del Quijote…
Museos de Madrid
Mercedes fue directora durante once años de los Museos Municipales de Madrid , que es la actividad profesional de la que se siente más satisfecha. “De mí dependieron -cuenta con orgullo - el viejo Museo (25 años cerrado hasta mi llegada) de la calle de Fuencarral, el Arqueo- lógico, por algún tiempo el Conde Duque y hasta la Ermita de San Antonio de la Florida. Hicimos algunas de las Exposiciones más importantes sobre Madrid; no le doy títulos porque fueron más de cincuenta, y sus catálogos, hoy en su mayoría agotados, son imprescindibles para el estudio de la Villa”.
Cauta y rigurosa, aunque entusiasmada, Mercedes Agulló insiste en que “desde luego, nada puede darse como absolutamente definitivo, pero el hecho de que el legajo con correcciones hechas para la impresión de Lazarillo se hallara entre los papeles de don Diego Hurtado de Mendoza, me ha permitido desarrollar en mi libro una hipótesis seria sobre la autoría del Lazarillo, que fortalecida por otros hechos y circunstancias apunta sólidamente en la dirección de don Diego”.
-Su investigación da al traste con dos siglos de estudios por parte de prestigiosos especialistas y eruditos como Martín de Riquer, Blecua, Rico, Rosa Navarro...
-Hasta ahora, todas las atribuciones del precioso librillo no han tenido base documental en que apoyarse.Trabajos excepcionales han considerado diferentes aspectos de la obra, la formación y lecturas de su autor, su conocimiento de la sociedad de su tiempo, tan maravillosamente reflejada en la obra, pero no había referencia a un texto que relacionase autor y obra. Para mí todas las opiniones son aceptables y todas tienen su justificación y son resultado de importantes averiguaciones. Yo he analizado el tema desde el punto de vista de un historiador…
A vueltas con el autor del Lazarillo (Calambur) verá la luz dentro de unos días y conoceremos entonces cuál es la reacción de los especialistas. Probablemente haya que cambiar muchas cosas de los libros de literatura. Mientras tanto, la investigadora me transmite esta petición: “Habrá que pedir al alcalde de Madrid que ponga una placa de don Diego Hurtado de Mendoza en la calle de Toledo y en la casa, que yo he localizado, donde murió.”
Don Diego Hurtado de Mendoza era un hombre fascinante. Fue el gran personaje público del siglo XVI. Nació en la Alhambra en torno al 1500. Su padre, Íñigo López de Mendoza, Capitán General del Reino de Granada ejercía de gobernador, y el joven Diego recibió una educación exquisita, contando con los mejores preceptores de la época, como Pedro Mártir de Anglería. Conocía el latín, el griego, el hebreo y el árabe, entre otras lenguas. Fue delegado del emperador Carlos V en el Concilio de Trento y embajador en la corte de Inglaterra, en Roma y en Venecia, donde se convirtió en una personalidad respetadísima, protector de Vasari y Tiziano, entre otros.
Escribe Mercedes Agulló en su libro A vueltas con el autor del Lazarillo que “don Diego Hurtado de Mendoza era un hombre de una pieza, que no tenía miedo a nada, y que dirigió importantes acciones militares. Representa como pocos el ideal renacentista de unión de las armas y las letras”. Hombre extrovertido y generoso, adoraba a su hermana María Pacheco, mujer del comunero Francisco Maldonado, para quien pidió el perdón real. Mecenas de pintores y escritores, lector infatigable de manuscritos, era nieto del Marqués de Santillana, amigo de Gracián y santa Teresa de Jesús, y recibió elogios literarios de Lope de Vega: “¿Qué cosa aventaja a una redondilla de don Diego Hurtado de Mendoza?”. Su vida pública, en cambio, fue todo menos apacible: por ejemplo, siendo gobernador de Siena fue acusado por sus enemigos de irregularidades finacieras y el proceso que exigió para demostrar su inocencia se falló treinta años después con su absolución (1578).
Gozó del favor y del afecto del Emperador Carlos V, pero Felipe II, sin embargo, lo detestaba y fue ruin con él. La investigadora cree que el verdadero motivo de su desafecto “era el deseo del rey de hacerse con la biblioteca de don Diego, una de las más destacadas en la época, tanto en impresos como en su valiosísima colección de manuscritos. Le regaló al rey seis o siete baúles llenos de manuscritos árabes”.
Tras un accidente se le gangrenó la pierta, que tuvieron que cortársela. A los cuatro días, el 14 de agosto de 1575, murió y fue enterrado en el Monasterio de la Latina. La pierna amputada la habían enterrado antes, en la sacristía de la iglesia de los Santos Justo y Pastor. “¡Ah, cuando le cortaron la pierna gangrenada, no usó más anestesia que el rezo del Credo! ¡Échale temple!”, apostilla Mercedes Agulló.
Una gran investigadora, Mercedes Agulló, va a dar a conocer una documentación (en la Biblioteca Litterae de la ed. Calambur), precariamente utilizada, nunca leída completamente, de Juan López de Velasco, encargado de publicar el Lazarillo expurgado de 1573. Los documentos señalan claramente: López de Velasco, que era el testamentario de Diego Hurtado de Mendoza, en el inventario de sus bienes relaciona, primero, los papeles propios y, luego, los que eran de don Diego y él custodiaba. Uno de estos cajones contiene inequívocamente las correcciones del Lazarillo, junto con las de la Propalladia de Torres Naharro. El hallazgo desatará ríos de tinta y comentarios de todo tipo, especulaciones e hipótesis ingeniosas; pero no hace falta ser demasiado agudo para suponer que la razón más sencilla de que el único testimonio manuscrito del Lazarillo se encuentre en un cajón de papeles valiosos de don Diego es que ése es un “papel” de don Diego, a quien la tradición más antigua atribuyó, con naturalidad, la autoría de la primera novela moderna. Así Tomás Tamayo, el bibliógrafo, toledano -Toledo fue la ciudad de juventud, la ciudad amada de don Diego-. Es imposible comentar ahora los numerosos detalles que se derivan de la documentación exhumada. Otros varios papeles originales -que habrá que ir organizando, pues están dispersos y, en lo que se me alcanza, son desconocidos-, cerrarán documentalmente la recuperación histórica de este episodio.
Hurtado de Mendoza tuvo una relación tortuosa con Felipe II, quien llegó a encarcelarle (en Medina del Campo) y a desterrarle, en años inmediatos a la difusión y prohibición del Lazarillo. El Monarca quería para su nuevo palacio del Escorial la valiosa biblioteca de don Diego, y éste, en actuación sinuosa e irónica, le nombró único heredero de sus bienes. Felipe II, incluso antes de finalizar los trámites legales -en 1576- comenzó a hacer uso de la herencia, al retirar de entre las joyas un “ídolo de oro” que regaló al príncipe don Fernando. Lo que muestra Mercedes Agulló es, por tanto, la primera prueba documental de la autoría del Lazarillo. Que entre los papeles de don Diego Hurtado de Mendoza se conservara un manuscrito con las enmiendas del texto del Lazarillo no tiene mucho misterio sobre lo que significa, aunque siempre habrá quien solicite que don Diego firme una declaración jurada confesando haber escrito la primera novela moderna.
La inmensa tarea de Agulló, que de tantas noticias a lo largo de su vida ha ido surtiendo a historiadores, culmina con esta joya, en donde la insigne paleógrafa, además, recorre varios caminos de la investigación que ella misma ha abierto. Uno de los lugares que más dará que hablar de su trabajo, minucioso y sugestivo, se encuentra en la frase aludida.
En realidad, si como dicen ahora los documentos, de mano del propio autor iba el texto expurgado por Velasco, todas las suposiciones críticas sobre los impresos precedentes pueden ser válidas; pero todas quedan supeditadas a un texto presumiblemente “castigado” por el propio autor, que también habría corregido otros muchos dislates de los impresos. Las consecuencias de este hallazgo podrían llenar cuatro o cinco páginas aderezadas con los nombres más ilustres de nuestra academia y, por cierto, no todas desacertadas. El Lazarillo nos deslumbró a todos e hicimos bien en rodearle de ese espesor crítico, que no son más que irradiaciones de una obrita genial hacia todos los horizontes. Y toda aquella melodía ha enriquecido nuestro conocimiento de la obra y de la época.
Puede que aparezca el borrador manuscrito del Lazarillo, con la letra recia y desmañada de don Diego. Mientras tanto, hay que volver a revisar todo y hay que volver a editar el Lazarillo, pero esta vez desde una autoría difícil de negar.