La bicicleta del panadero, de Juan Carlos Mestre
Por “Marapsara” 
Blog Paperblog, 23/09/2012
“Íbamos por Madrid como si fuésemos por las Rocosas, ángeles con los labios pintados en la limusina de Nietzsche...”
Leer
 a Juan Carlos Mestre es un acto inspirador, el umbral de una emoción 
que embriaga. Me gusta imaginar que cuando Mestre escribe, vislumbra un 
universo de conceptos e imágenes sin tener siquiera la necesidad de 
cerrar los ojos.
Por eso, traspasar la puerta de su poemario 
supone aceptar que existen esos otros mundos: descubrirlos no intimida 
cuando se sigue a un guía experto que utiliza además un castellano tan 
puro.
476 páginas de imágenes delicadas y maravillosas: frágiles e
 inocentes unas veces, feroces y crueles otras. Capaces siempre de guiar
 al lector hacia un mundo mejor, no contaminado, donde lo esencial es 
aún lo más importante y la mitología, los símbolos, la imaginación y la 
verdad hacen las veces de política y mercados.
Podemos asegurar 
que Juan Carlos Mestre es uno de los mejores poetas españoles vivos, un 
virtuoso de las palabras con el don de volcar su imaginario personal 
sobre el papel, alguien que hace el mundo más habitable con su arte.
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