Por Túa Blesa
Hay en esta obra un deseo de decir y un saber poético poco común. Guadalupe Grande (Madrid, 1965) se dio a conocer con El libro de Lilit y su escritura actual es respuesta que cumple más que con creces aquellas expectativas. Con la utilización de un versículo largo se presenta un discurso “inspirado”, como si se escribiese al dictado de otra instancia, de una fuerte potencia imaginativa, que se despliega en figuraciones como si se dejase al lenguaje hablar por sí mismo o, con palabras del libro, “En mi ignorancia, tengo una vaga conciencia de cuanto quiero decir”. Y es que ese tipo de versículo y un cierto efecto de incoherencia que producen las propias palabras dan en un tono de salmodia. Todo ello es vehículo para dejar hablar a la memoria.“Para un poema borrado” es un texto excelente y otro es “Jardín de las variaciones”. Así, este Hotel para erizos viene a ser un refugio para el pasado que revive en el presente, comprimiéndose lo uno en lo otro, una meditación sobre el tiempo, todo es recordar y olvidar, y en ese movimiento lo real, vivido, se transciende en una transfiguración que hace que las palabras ya no sean ellas sino notas de esa música a la que llamamos poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario