sábado, 31 de octubre de 2009

"La casa roja" de Juan Carlos Mestre, Premio Nacional de Poesía 2009, en la prensa nacional

El País, 2 de octubre de 2009, por Javier Rodríguez Marcos
"Versos contra la costumbre. Juan Carlos Mestre gana el Premio Nacional de Poesía"
El Mundo, 2 de octubre de 2009, por Emma Rodríguez
"Los poetas estamos en el pabellón de los insumisos. Juan Carlos Mestre logra el premio Nacional por La casa roja"
Público, 2 de octubre de 2009, por Peio H. Riaño
"La poesía de la dignidad recibe el mayor premio. Juan Carlos Mestre gana el premio Nacional por su libro La casa roja, en el que defiende la palabra de los insurgentes"
ABC, 2 de octubre de 2009, por Manuel de la Fuente
"Juan Carlos Mestre: "Todo poemario es un pabellón de insumisos". El poeta obtuvo el premio Nacional de Poesía de 2009 por La casa roja".
"Los poetas no somos caballos de carreras". El escritor leonés ha obtenido el galardón por La casa roja.

Presentación: "Sus labores", de Mercedes Chozas, en la FNAC

Mercedes Chozas impregna sus cuentos de una visión magistral de lo cotidiano

adn.es / Cultura & Ocio. 30 octubre 2009

Ana Mendoza. EFE

Decía Francisco Umbral que un libro debe ser "un cuajarón de tiempo, una concentración de vida", y ese latido vital impregna la nueva obra de la escritora Mercedes Chozas, "Sus labores", un conjunto de relatos que, en opinión del novelista Luis Landero, reflejan "la visión magistral de lo cotidiano"·

"A ese encanto de lo diario, Mercedes Chozas siempre le añade un toque de fantasía, de imprevisión, de absurdo a veces. Y también de poesía", afirmó Landero al presentar este libro en el que su autora traza un retrato de dos generaciones, la de aquellos que empezaban a ser jóvenes cuando el hombre llegó a la Luna, y la de sus padres.

Chozas (Madrid, 1952) lleva más de veinte años haciendo compatible su trabajo de profesora de Literatura con su vocación de escritora. Ha ganado premios como el Nacional de literatura infantil por "Palabras de cuento"(1979), el Austral por "La mirada, la memoria y la voz de Valle" (1995), y el Río Manzanares de novela por "Las horas náufragas" (2006).

Fue compañera de universidad de Luis Landero en los setenta y, como subrayaba el escritor, a ambos les unía el amor por la literatura, por "la misteriosa belleza que puede emanar de las palabras". Los dos han procurado siempre escribir aquello que les gusta, "sin intentar gustar a los demás" ni adaptarse a "las tontas demandas del mercado".

Por eso, el autor de "Juegos de la edad tardía" sentía una especial emoción al resumir en el Fórum de la FNAC las bondades del libro de Chozas, publicado por Calambur.

Son catorce relatos llenos de imaginación, ese "bien escaso" del que hablaba Baroja, y protagonizados por personajes que "viven atrapados en la realidad diaria", pero que "siempre encuentran algún modo de escapar de esas servidumbres", comentaba Landero.

La autora acabó de escribir los relatos de "Sus labores" hacia el 2000, y desde entonces "reposaban tranquilamente en un cajón". De ahí que sus personajes, explicaba Chozas, "todavía compran en pesetas, no tienen móviles y están despidiéndose del siglo XX".

Pero cuando Calambur se los pidió para publicarlos, los releyó y le gustaron, entre otras razones porque encontró en ellos "un estilo propio", que no era "el de ninguno de los admirados cuentistas" a los que quería parecerse: Chéjov, Baroja, Truman Capote, Cortázar, Pere Calders, Roal Dahl y Lobo Antunes.

"Los cuentos no se parecían a ellos; se parecían a mí y eso me gustó", aseguró Chozas, que es la mayor de ocho hermanos y ha visto convertida en un sugerente "collage" la hermosa foto del carné de familia numerosa que prestó para la portada del libro, en la que aparecen sus padres con toda la prole.

El primer cuento, el que da título al libro, es un homenaje a Mele, la madre de la escritora, a la que nunca le gustó que, hasta no hace mucho, la profesión de las amas de casa se expresara con un lacónico "sus labores" en el carné de identidad, por decisión de algún "chupatintas descolorido".

A partir de ahí van surgiendo los restantes relatos, inspirados algunos de ellos en la infancia y adolescencia de la escritora, y otros en las "vivencias de sus contemporáneos". Pero todos son fruto de esa especial facilidad que tiene cualquier escritor para "espiar con avidez" a su alrededor y apropiarse de "historias, noticias, anécdotas, instantáneas y tipos curiosos", contaba Chozas.

Sobre ese fondo cotidiano, la escritora va tejiendo en sus cuentos, según subrayó Landero, "un discreto mundo de ensueños, de pequeñas aventuras, de anhelos incumplidos, de proyectos más o menos imposibles que tiñen el relato con una ternura, una piedad y un aliento poético realmente admirables".

Autora también de obras de narrativa como "Miulina", "Las tres voces de Marina" y "Cuatro veces adiós", Chozas tiene ya "muy avanzada" una nueva novela. "Es muy ambiciosa" y en ella entremezcla cuentos populares con una "historia de aprendizaje, de peripecia vital".

http://www.adn.es/cultura/20091030/NWS-1675-Mercedes-Chozas-cotidiano-magistral-impregna.html

jueves, 29 de octubre de 2009

Noticia: Calambur en "Ágora, el debate peninsular"

La Poesía de España y Portugal a debate hoy en Ágora Academia

La jornada comenzó con el recuerdo de Ángel Campos y Manuel Herminío Monteiro

Eva Lumbreras - Extremadura al día - 21 oct 2009

La Voz en Espiral evoca en primer lugar el libro de poemas de Ángel Campos, en cuya memoria se ha desarrollado hoy el segundo curso de Ágora, Academia, que gira en torno a la difusión de la poesía en España y Portugal. La conferencia inaugural comenzó a las 10:30 horas, se contó con las ponencias de Perfecto E. Cuadrado, que rindió un sentido homenaje a la figura de Ángel Campos, escritor y traductor insustituible, por otro lado, Carlos da Veiga ensalzó la figura de Manuel Herminío Monteiro, editor de Assírio&Alvin, que desempeño un papel determinante en la difusión de la poesía, tanto portuguesa como española, en Portugal. Ambos personajes determinaron el panorama portugués y español actual en la edición y traducción de poesía. La cultura a ambos lados de la raya tiene mucho que agradecer a Ángel Campos y Manuel Herminío Monteiro. Para coordinar esta mesa se contó con la colaboración del profesor Miguel Ángel Lama, y el profesor y escritor, Fernando Pinto Do Amaral. La poesía ha conseguido hoy atraer a gran número de público tanto español como portugués.

Durante su intervención Perfecto E. Cuadrado, lleno aún de emoción por la perdida de Ángel Campos, le recordó como”una voz poética importante, una voz poética muy personal, que en cuanto a mí, figura entre las voces más personales, más autenticas de la poesía española de las últimas décadas y de los últimos tiempos”. Campos “aportó al conocimiento de la literatura, de la poesía portuguesa en España sobre todo la presencia entre nosotros de nombres desconocidos todavía y que hoy son reconocidos ampliamente, y contribuyó también a que otros nombres que ya eran conocidos se conocieran mejor como el caso de Pessoa y el caso del propio Jośe Saramago”, señaló Cuadrado. Tambien “aportó algo muy importante, que fue contribuir, como otros muchos, a que esa famosa Raya, pese a su ser inmaterial, era tan pesada como todos los muros de todos los Berlines, contribuyó a que esa Raya, como dice el lema del Gabinete, se vaya borrando poco a poco, por lo menos en el ámbito, el el territorio de la cultura, el de las relaciones literarias, incluso las relaciones académicas”. Finalmente Cuadrado recordó que “falta todavía mucho y por lo tanto necesitamos muchos más como Ángel todavía, para que esa Raya se borre definitivamente, de donde todavía existe, que es el imaginario popular, en el que todavía vivimos de los tópicos del pasado”.

Por su parte, Carlos Da Veiga recordó la figura y la labor de Manuel Herminío Monteiro, un hombre que no conocía fronteras ni entre la literatura ni entre las personas, poseía además una enorme capacidad de contacto humano, por eso consiguió una pléyade de autores y también las ayudas por parte de la administración que le facilitaron la vida como editor. Manuel Herminio Monteiro fue el editor de la publicación Assírio&Alvin, que editó obras de autores como Mário de Sá-Carneiro, Teixeira de Pascoaes, Herberto Helder, o Mario Cesariny, entre otros. También señaló Veiga que Herminio era un “trasmontano”, provenía de una zona dura, exigente y agreste, “trajo la la ciudad esa fuerza y ganas de luchar que le permitió sobrevivir y resistir” pues cada día su editorial iba a la quiebra, aguantó gracias a los contactos humanos. Fue Herminio, apuntaba Da Veiga, un hombre que siempre estuvo muy bien integrado en el mundo de la cultura portuguesa, pero eso no le impidió ser un provocador, como demuestra la publicación que hizo de la obra “El amor es jodido” de Esteves Cardos. También introdujo novedades en el marketing de la poesía, consiguió llevar hasta los autobuses y los tranvías de Lisboa la poesía un día al mes, también editó bolsas de papel para el pan repletas de poemas, en Guimaraes. Dos hechos que han contribuido a la divulgación mayoritaria de la poesía. Este “falso cateto” definió la edición como “otra forma de escritura”; Herminío explicó en una ocasión que “me gusta pensar que trato a la editorial como quien cuida su viña”. Uno de sus últimos trabajos consistió en dirigir la antología poética “Rosa del mundo” que contiene 2001 poemas de la literatura mundial.


'Edición de poesía en España y Portugal'

Tras la conferencia inaugural, a las 12:00 horas dio comienzo la mesa redonda 'Edición de poesía en España y Portugal', dirigida por Luis Sáez Delgado, director de la editora Regional de Extremadura, quien manifestó que “a poesía sobrevive pese a ser una de las formas más primitivas de literatura”; la mesa también contó con la participación de Joao Melo, escritor y consejero de cultura de la Embajada de Portugal en Madrid, Manuel Borrás, editor de Pretextos, Manuel Da Silva Terra, editor y escritor, y Emilio Torné, editor de Calambur editorial. Sáez presentó magistralmente a los invitados y planteó la temática a seguir, desde la épica de la edición hasta las nuevas tecnologías, un extenso campo, que sin embargo no dio tiempo a cubrir.

Melo, en su intervención puntualizó que “la sombra de Pessoa es un culto que ha encubierto la obra de otros autores que aún quedan por descubrir”, el esfuerzo por colocar la literatura portuguesa en España está dando sus resultados, este país era “un desierto donde vagaban tan sólo algunos nombres”, sin embargo “este panorama ha cambiado en todos los campos hoy día”, y la cuestión que se suscita ahora es “¿qué demanda de lectores españoles hay de libras portugueses ya editados?”. “Parece que está todo hecho y está siempre todo por hacer, este instinto de recomenzar es el que nos garantiza un destino y un futuro. Finalizó Melo.

Por su parte Borrás explicó que “uno edita por pasión y además edita lo que no logra olvidar”, y alabó las figuras de José Antonio Llardent y Ángel Campos, “me entregaron un testigo” y ha recogido el guante de incorporar al acervo español la edición de escritores portugueses como: Jorge de Sena, Rui Belo, Ramos Rosa, Oliveira o Querios.
El futuro pasa por ir incorporando también las voces de los más jóvenes, pues en Portugal existe una renovación con autores muy interesantes, porque lo que “más me pone es reconocer y ayudar a los autores emergentes”, señalaba el editor de Pretextos, y finalizaba recordando que “los editores literarios nos dirigimos a lectores no al público”.

Torné comenzó su intervención con un reconocimiento a la poesía de Ángel Campos, “su obra irá creciendo con el tiempo”; respecto al mundo editorial declaró que “los editores tenemos responsabilidades, un reto de sobrepasar la situación actual” para lo que propone que el sector se reinvente, pero cómo hacerlo, el modelo actual de las editoriales está tocando techo, cuesto mucho sobrevivir en él, los nuevos caminos pasan por las implicación con la sociedad y en el hecho cultural, pues los editores son “generadores de encuentros y sinergias”. La editorial Calambur ha publicado en España libros de autores como Eugenio de Andrade, Nuno Judice, Jorge de Sena, Antero de Quental, José Bento, Joan Miguel Fernandes Jorge, Freitas o Carlos de Oliveira. La tarea que se impone para el futuro pasa por la publicación de las nuevas generaciones, para lo que se necesita la conjunción de criticos, traductores, lectores, en definitiva todos los sectores de la literatura.

Finalmente Da Silva señaló que el libro de poesía es “un acto de singularidad entre quien escribe y quien lo lee”, el editor debe contribuir a “aumentar esa soledad”, además el editor posee una responsabilidad social, en concreto en los nuevos modelos de comercialización, “no lamento que el libro científico desaparezca” porque se desactualiza rápidamente, sin embargo “el libro arte, poesía y novela, son perdurables; los demás desaparecerán y me alegro”, pero si queremos que este formato perviva hay que “tratar cada libro como un objeto único”.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Reseña: "Las rosas de la carne", de Manuel Francisco Reina


Reseña firmada por Francisco Quintero, y publicada en el suplemento de libros de "La Opinión" de Málaga, con motivo de la presentación de "Las rosas de la carne" en la librería LUCES de Málaga. En la foto, Manuel Francisco Reina y el presentador, el poeta José Infante.

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Noticia aparecida en El Imparcial tras la presentación en Madrid, el 30 de septiembre de 2009 en la FNAC.

Manuel Francisco Reina ha presentado este miércoles en Madrid su nuevo poemario, Las rosas de la carne (Calambur). Acompañado por los también poetas Guadalupe Grande y Javier Lostalé, el autor ha condensado su trabajo en el vínculo entre el goce de lo vivido, lo humano, el amor, la ética y la estética.
Con Las rosas de la carne, Manuel Francisco Reina se confirma como un nombre de referencia en la poesía española. Los 46 poemas reunidos en su nuevo trabajo aúnan un interés por lo humano al tiempo que el goce de lo vivido toma protagonismo en sus versos.
Durante la presentación del poemario este miércoles en Madrid, Guadalupe Grande, en representación de la editorial Calambur, ha destacado del autor su “alma generosa” por su entrega a la poesía así como a otros ámbitos. Según Grande, el trabajo que ha llevado a cabo Reina en este poemario está pleno de gozo en el sentido de que el amor “se eleva a la categoría de conciencia del mundo”. En este sentido, el poeta Javier Lostalé ha destacado que la lectura de Las rosas de la carne “deja una huella sensitiva, reflexiva y vinculada al lenguaje”. Si para Grande, sus poemas son una “gran aventura a través de la entrega y el despojamiento”, para Lostalé “todo en su trabajo tiene cuerpo y todo es una celebración de la carne, de la plenitud y de la maravilla”.
Agradecido por los elogios de sus compañeros, el poeta ha coincidido con ellos en que la trama principal de su obra ha versado sobre el concepto del goce de lo vivido, “con el amor como vínculo fundamenteal con la ética y la estética”.

En la foto, Javier Lostalé, Manuel Francisco Reina y Guadalupe Grande

Entrevista: Juan Carlos Mestre, en "La libélula", de Radio 3

(A partir del minuto 13).

Reseña: "La aldea de sal", de Lêdo Ivo

José Luis Gómez Toré
La tormenta en un vaso

A pesar de la importante labor en la difusión de la literatura en lengua portuguesa llevado a cabo por Ángel Crespo y otros traductores, la poesía brasileña, que cuenta con una de las tradiciones poéticas más vigorosas de la lírica del siglo XX, parece condenada a llegar con cuentagotas a las editoriales españolas (resulta sintomática la escasa presencia entre nosotros de un poeta mayor como Haroldo de Campos, con notables excepciones como la reciente edición de Sánchez Robayna y la todavía más reciente y muy recomendable antología preparada por Andrés Fisher para Veintisieteletras). Por ello, es de agradecer que Guadalupe Grande y Juan Carlos Mestre, responsables de la selección y traducción de los poemas que componen este libro, nos acerquen en edición bilingüe los poemas de Lêdo Ivo (Alagons, Brasil, 1924), una de las voces más interesantes del país lusófono.

La ordenación cronológica que nos proponen los antólogos nos permite asistir a la evolución del poeta. Su inicial entusiasmo juvenil nunca deja de alimentar en la obra madura la confianza en los poderes de la imaginación, una fe que resiste incluso a los embates de la ironía y de las decepciones que van trayendo los años. El poeta sabe que la palabra reclama de él una actitud alerta, la exploración constante de territorios apenas explorados. Así, en "Oda al crepúsculo", la poesía encuentra su más pleno sentido como aventura del espíritu en «el descenso al país de los espejos, la conversación con las hadas, que no tienen el problema personal de la salvación,/ y el duelo entre la inspiración y el diccionario».

Lêdo Ivo, sin ser, pese a su capacidad visionaria, un poeta surrealista, coincide con el surrealismo en la ya citada defensa de la imaginación así como en la convicción de que no sólo la poesía necesita ser transformada por la creatividad humana, sino la vida en su conjunto. Y al hablar de la existencia, el escritor no olvida la dimensión social, política de nuestra realidad concreta. El poeta, a la vez ciudadano y vagabundo extranjero en la polis, deja oír su voz crítica, que toma ecos proféticos de denuncia en los poemas procedentes del libro Estaçâo central. Frente a un sistema económico y político que arroja como desperdicios a todo y a todos los que no pueden o no quieren o no saben integrarse en el sistema, el poeta se impone como deber ético recoger lo que queda en los márgenes y en los vertederos de la historia: «Pide los restos, las sobras, los desperdicios/ quemados sin piedad por el hielo/ en la hora en que el moho se convierte en lágrima. Reivindica la chatarra, la sobra exacta...».

Lêdo Ivo convierte una y otra vez en presencia actuante la virtualidad de lo que no existe: la poesía nos sitúa en un terreno que no es propiamente ni en el de la mentira ni en el de aquello que solemos llamar verdad. No revela así esa paradójica necesidad humana de vivir también en la esfera de lo que llamamos no existente pero que existe de alguna manera, a la manera que existen en nosotros los sueños. En ese sentido, es muy revelador el ensayo final "Conservar lo que se ha perdido" (cuya inclusión en esta antología supone todo un acierto). En este hermoso texto el poeta nos confiesa: «Ya que no me interesa la verdad y sí la suprema ficción humana, que es la de un animal creador —aquella pasión de la fabulación de la que habla Goethe— soy mi mentira, que es mi verdad, y mi verdad, que es mentira». Desde esa posición levanta una convicción que, en textos como el poema "La infancia redimida", obra el milagro de que lo imaginado actúe en los lectores, se haga a su manera real: «La alegría, la creo ahora en este poema». La alegría de la que no son capaces esos otros poetas que, según Lêdo Ivo, «son sepultureros que entierran palabras/ y se contentan con algunas migajas del diccionario». Ivo, en cambio, nos ofrece una poesía llena de vida, en la que dialogan palabra y mundo.

Novedad Ensayo: Estudios sobre la poesía de José Corredor-Matheos

Estudios sobre la poesía de José Corredor-Matheos
Jesús Barrajón Muñoz y
María Rubio Martín (eds.)
Colección: Ensayo, 03
Madrid, 2009. 420 páginas
ISBN: 978-84-8359-123-9
24,00 euros (con IVA)

Este libro reúne un conjunto de trabajos —escritos especialmente para esta edición— de profesores universitarios, críticos literarios y poetas sobre la obra de José Corredor-Matheos. Su propósito es el de ofrecer al lector una revisión y puesta al día de las coordenadas históricas y poéticas en las que su obra ha sido concebida y creada, y participar de esta manera del justificado y merecido interés que su obra ha despertado en lectores y crítica especializada a partir, sobre todo, de la aparición de Carta a Li-Po (1975) y, más significativamente, desde la publicación de El don de la ignorancia (2004), libro con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía, y de Un pez que va por el jardín (2007).
La obra se inicia con unos estudios de carácter general que permiten una relectura global de toda la producción poética corredoriana. Le sigue un segundo bloque de ensayos en los que se analizan obras concretas y aspectos significativos de su poesía, como la profunda coherencia y unidad en el estilo, en los temas y en la escritura, caracterizada por la asimilación —personalísima y nunca mimética— de la sutileza del arte y la filosofía orientales. La obra se cierra con las voces de otros poetas que iluminan esa mirada serena, inteligente y agradecida de una poesía que camina sin estridencias y en soledad hacia el despojamiento absoluto.
Jesús Barrajón Muñoz es profesor titular de Literatura Española en la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha. Es autor de diversas monografías, ediciones y artículos sobre teatro y poesía de los siglos XIX y XX (José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer, Francisco Nieva, el teatro breve de posguerra, Gerardo Diego, José Hierro, Ángel Crespo, Antonio Gamoneda, Antonio Martínez Sarrión, Luis Alberto de Cuenca, etc.)
María Rubio Martín es profesora titular de Teoría de la Literatura en la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha. Ha desarrollado su investigación en los ámbitos de la retórica, los géneros literarios y la teoría literaria contemporánea. Es autora de diversas monografías, artículos y ensayos sobre la poética de lo imaginario, poesía española contemporánea, retórica clásica y literatura de viajes.

ÍNDICE:
PRESENTACIÓN
I. ESTUDIOS DE CARÁCTER GENERAL
- Pedro A. González Moreno, La poesía de José Corredor-Matheos: el arte de nombrar callando
- Biruté Ciplijauskaité, Y ven por transparencia aquello que a los ojos se les niega
- Elena Vega-Sampayo, Sinécdoque y conocimiento poético: antes y después de Carta a Li-Po
- María Rubio Martín, La errancia del paseante: formas poéticas de extrañamiento vital en la poesía de José Corredor-Matheos

II. ESTUDIOS PARCIALES
- Pilar Gómez Bedate, José Corredor-Matheos: el camino hacia la plenitud de su vacío
- Asunción Castro Díez, Anotaciones a Poema para un nuevo libro
- Jesús Barrajón Muñoz, Poesía (1951-1975): José Corredor-Matheos revisa su obra
- Mariola García-Lavernia Gil, Presencia del budismo y el Tao en José Corredor-Matheos
- María Elena Rodríguez Ventura, La naturaleza en la poesía oriental de José Corredor-Matheos
- José María Balcells, Orientalismo y espiritualidad occidental en la poética de José Corredor-Matheos
- Lola Josa, «Donde todo acaba» o la pervivencia de Juan de la Cruz en José Corredor-Matheos
- Juan Senís Fernández, La bella obra inútil (Metapoesía, paradoja y silencio en la tercera etapa poética de José Corredor-Matheos)
- Tomás Albaladejo Mayordomo, Las interrogaciones retórico-poéticas en José Corredor-Matheos: El don de laignorancia y Un pez que va por el jardín
- Josep Maria Sala Valldaura, Del estar al ser: El don de la ignorancia, de José Corredor-Matheos
- Luis García Jambrina, Trascender lo inmediato: los dos últimos libros de Corredor-Matheos
- Nilo Palenzuela, Corredor-Matheos: la voz, la transparencia
- Francisco Gómez Porro, Arte de lo incierto, sabiduría de lo indecible. El sentimiento panteísta en Un pez que va por el jardín

III. VOCES DE POETAS
- Carmen Borja, Pavana del tiempo detenido
- Antonio Colinas, Tras la lectura de El don de la ignorancia
- Alejandro Duque Amusco, Meditación sobre un paisaje de nieve
- Miguel Galanes, Arte de fortuna, elogio de la elegancia
- Federico Gallego Ripoll, Mundo y verso
- Antonio Gamoneda, Venecia
- José Luis Giménez-Frontín, Las enseñanzas de José Corredor-Matheos
- Javier Lostalé, La transparencia de lo deshabitado
- Jorge Riechmann, Siete jaikus para José Corredor-Matheos
- Ángel Rodríguez Abad, Continuidad de los jardines

IV. BIBLIOGRAFÍA

martes, 20 de octubre de 2009

Novedad Poesía: El río de los amigos. Escritura y diálogo en torno a Gamoneda

El río de los amigos.
Escritura y diálogo en torno a Gamoneda
Colección: Poesía, 98
Madrid, 2009. 180 páginas
ISBN: 978-84-8359-181-9
16,00 euros (con IVA)

En El río de los amigos —título también de un poema de Gamoneda—, un conjunto de escritores y críticos celebra la trascendencia de la obra de Antonio Gamoneda, así como el renovador sustrato que ésta aporta al panorama de las letras hispanas contemporáneas. Rafael Saravia ha reunido a un grupo privilegiado de lectores de la obra del Premio Cervantes leonés, cuyas contribuciones despliegan un diálogo creativo y reflexivo entre las señales impresas en los libros de Gamoneda y la impronta recibida de ellas por estos autores y amigos, procedentes de distintas generaciones.
El río de los amigos es un libro colmado de poesía y meditación, que no solo ayuda a entender mejor la obra de Gamoneda y a rastrear su huella en la literatura contemporánea, sino que constituye, además, un sincero homenaje al maestro y a su palabra plena de dignidad, conciencia y libertad.
Rafael Saravia es poeta, editor y fotógrafo. Fundador del Club Cultural Leteo y Ediciones Leteo. Ha publicado los libros de poemas Pequeñas conversaciones de rojo (2001), Desprovisto de esencias (2008) y Pequeñas conversaciones (2009). Ha sido incluido en las antologías Novilunio (1998), Petit Comité (2003) y Antología del beso, poesía última española (2009). Colabora regularmente con diversas publicaciones nacionales e internacionales, tanto en papel como en red.
Colaboran: Gonzalo Rojas • Pablo de la Varga • Diego Jesús Jiménez • Antonio Colinas • Fanny Rubio • María Nieves Alonso • Jaime Siles • Eduardo Milán • Ildefonso Rodríguez • Miguel Casado • Ángel Luis Prieto de Paula • Antonio Marín Albalate • Alexandra Domínguez • Tomás Sánchez Santiago • Juan Carlos Mestre • José María Parreño • Lawrence Breysse-Chanet • Pilar Blanco • Amalia Iglesias • Jorge Riechmann • Marifé Santiago Bolaños • Eduardo Moga • Eloísa Otero • Niall Binns • Cecilia Quílez • Guadalupe Grande • Antonio Méndez Rubio • María Ángeles Pérez López • Jordi Doce • Viktor Gómez • Lourdes de Abajo • Luis Luna • Ignacio Escuín • Rafael Saravia

lunes, 19 de octubre de 2009

Reseña: "Los senderos que se bifurcan", de Ana María Navales

Julia Sáez-Angulo

Dedicada a la docencia de Literatura latinoamericana durante un período prolongado en la Universidad de Zaragoza, Ana María Navales, premio de las Letras Aragonesas 2001, recientemente fallecida ha publicado el libro de título borgiano Los senderos que se bifurcan, en el que recoge una antología de textos informativos, analíticos y críticos sobre autores y creación literaria de la América que escribe en español. La autora no se detiene en los autores del boom latinoamericano, fruto de coyunturas varias, entre otras, la consagración no precisamente desinteresada que les hizo el escritor español Carlos Barral en su editorial Seix/Barral y la revolución cubana que hoy cumple 50 años y que tantas frustraciones de libertad, literaria precisamente, ha provocado, sin que los sectariamente beneficiados hayan lanzado un mea culpa.

Ana María Navales ofrece en este libro un mosaico de crónicas ensayísticas que documentan puntualmente sobre un campo inmenso, que va desde los “abuelos”: Leopoldo Lugones, José Martí, Roberto Arlt, Miguel Ángel Asturias o Jorge Luís Borges, hasta las voces más jóvenes de la actualidad, incluidas las femeninas que suelen quedar fuera de las antologías, y por supuesto los consagrados del boom: Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Guillermo cabrear Infante o José Donoso. Algunos de estos últimos acabaron despegados de la revolución cubana y hasta mordieron la dureza del exilio.

Algunos de los artículos ensayísticos – a la manera de El Espectador de Ortega- en el libro que nos ocupa hablan del centenario de Lugones; el recuerdo de Mariano Azuela; Rómulo Gallegos y la novela de la tierra; José Martí en Zaragoza; En busca de Roberto Arlt; El cine según Carpentier; Encuentro con José Donoso en Calaceite; Álvarez Gardeazábal en la nueva novela colombiana; Evocación de Alfredo Bryce Echenique; José Roberto Cea, poeta salvadoreño; La audacia de Nivaria Tejera; Releer a Peri Rossi; El loro de Dickens (Armonía Somers), El profesor feminista (Escritoras guatemaltecas); Lo previsible (Marcela Serrano); Luisa Peluffo; Bolaño, etc.

El libro acoge al final una serie de “Contextos” sobre el Ensayo hispanoamericano; Fuentes literarias de Martín Fierro; Acercamiento al barroco de Hispanoamérica; La novela hispanoamericana en relación con la nuestra; Poesía latinoamericana, o El compromiso del escritor.

Navales conoce bien el campo en que se mueve y abre su libro con el pequeño ensayo titulado “El inmortal” dedicado al argentino Jorge Luís Borges, cuya figura literaria se agranda con el tiempo, pese a no haber recibido el premio Nobel o haber tenido que compartir el primer premio Cervantes con Gerardo Diego. En suma Los senderos que se bifurcan es un libro interesante y útil para aquellos que deseen abordar el tema de la literatura latinoamericana del XX.

http://lamiradaactual.blogspot.com/2009/10/ana-maria-navales-y-escritores.html

viernes, 16 de octubre de 2009

Reseña: La aldea de sal, de Lêdo ivo

Alberto García Teresa, Otro Lunes

La aldea de sal se trata de una interesantísima antología del poderoso poeta brasileño Lêdo Ivo. Su poesía se articula en torno a una celebración de la vida, de la alegría (explícitamente así lo indica: “Celebraré la vida que ante mí se abre”; “todo lo celebraré”), que penetra en toda la realidad, agujereando las miserias, el estilo de vida occidental y la desidia.

"Consumirse en el propio canto, eso lo esencial / para el poeta. Entregarse por completo” es la intención que desborda todo el libro. Su voz es apasionada, desmesurada en su potencia imaginativa (“mi reino es el exceso”), y regala poemas con largo aliento. No en vano, entiende que “nuestra función consiste en conservar la vida a través del arte, sin esperar reconocimientos o recompensas”.

En sus poemas se constata la presencia de lo mágico, la irrupción de la imaginación en la realidad. Sus textos están plagados de hermosísimas imágenes poéticas, que buscan inundar con fantasía la realidad, intensificar con lirismo los hitos que acontecen entre la rutina. En las páginas de La aldea de sal se acumula una gran potencia poética. Ivo alude a invenciones, a la infancia, como referentes en esa reconstrucción mágica de la realidad, o esa mirada mágica de lo cotidiano. Por otra parte, se pueden hallar ciertos apuntes cómicos, que cuadran con ese planteamiento celebrativo del entusiasmo.

Afirma que la poesía es el puente hacia lo inverosímil, y que la búsqueda de lo inefable (un término que utiliza constantemente) es el ímpetu imprescindible para apreciar lo vital; para vivir con intensidad:

Después del otro mundo, hay siempre un nuevo más allá que conquistar...

Pero eso te amo, Poesía, a ti que me reclamas hacia las inmensidades de la vida.”

La antología recoge textos de buen número de sus abundantes poemarios. Se trata de piezas de versos largos, generalmente, o bien poemas en prosa, o con epígrafes, con un componente narrativo como hilo conductor. Utiliza de vez en cuando la anáfora, para construir poemas completas, y utiliza con frecuencia estructuras sintácticas paralelísticas para enunciar imágenes.

De esta edición bilingüe también hay que destacar el sugerente prólogo, una pieza poética en sí mismo, escrito por Guadalupe Grande y Juan Carlos Mestre.

En el poema “Justificación del poeta”, Ivo expresa una contundente declaración de principios, cargada de sentido poético, al mismo tiempo: “Mis inquietos pensamientos no caben en la salita con flores moribundas en los jarrones y sonrientes paisajes enmarcados / deja que sobrepasen las cortinas azules y caminen mucho más allá de las ventanas abiertas”. Y, en ese sentido, apuesta por la poesía como creación de un mundo nuevo: “¡Mirad lo que no existe. Creadlo y seréis poetas!”. Pero pide libertad total para desarrollar el vuelo poético (“celebraré, lo celebraré todo, pero dadme la libertad de cantar sin imponerme el nombre de las ciudades y de los ríos, sin sugerirme los temas”).

Ahí llega a una bella concepción del poeta: “Los poetas, padre mío, son los corazones del mundo (...), los poetas son los pianos del mundo”. O, en otro poema, “tenemos necesidad de ángeles para ser poetas”. Se han recogido varios poemas que plantean el problema de la función y la capacidad de la poesía en este volumen; todos ellos de una gran sugerencia e inconformismo.

Leer a Lêdo Ivo supone abrir una ventana a los sueños, a la realidad que permanece escondida entre las sombras; ésa que, tal vez, sólo la poesía es capaz de iluminar.

http://www.otrolunes.com/html/librario/librario-n10-a11-p01-2009.html

jueves, 15 de octubre de 2009

Novedad Biblioteca Liiterae: El notariado en la España Moderna


Miguel Ángel Extremera Extremera
El notariado en la España Moderna. Los escribanos públicos de Córdoba (siglos XVI-XIX)
Biblioteca Litterae, 19. 2009
ISBN: 9788483591567
408 páginas. 27 €


Figura poco tratada en relación a su importancia como sujeto histórico, el notario en la España Moderna ha sido estudiado, generalmente, atendiendo a su actividad profesional y en una doble vertiente: desde una perspectiva jurídica, es decir, en cuanto integrante de la institución notarial propiamente dicha, o bien desde un ámbito paleográfico y de producción escrita, meramente documental. Ausentes de estos estudios, por tanto, los aspectos social, patrimonial y cultural, sin duda imprescindibles para comprender la naturaleza de cualquier grupo socio-profesional en la Edad Moderna, la obra de Miguel Ángel Extremera viene a rellenar el vacío que la historiografía española aún tenía pendiente en esta materia.

Miguel Ángel Extremera Extremera, nacido en 1976, es Doctor en Historia por la Universidad de Córdoba, con la tesis Los Interme­diarios del Poder. Escribanos públicos de Córdoba en la Edad Moderna (siglos XVI-XIX). Autor de varios trabajos referentes al notariado en la España Moderna, también ha publicado otros de diferente temática aunque siempre encuadrados en la historia social y cultural: Esclavos en la ciudad de Córdoba: su presencia como elemento indicador de la urbe (siglos XVI-XVIII), Fiestas de toros en la Córdoba del Antiguo Régimen (siglos XVII-XIX), Al servicio de Su Excelencia. Correspon­den­cia familiar de un corregidor del duque de Alba (1764-1767), o El ascenso frustrado. De una mesocracia emergente a una burguesía ausente (Córdoba, 1500-1800), son una muestra de ello. En la actualidad, trabaja como Profesor Ayudante Doctor en la Fatih University (Estambul), impartiendo asignaturas relacionadas con la historia y la cultura hispánicas.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Novedad poesía: "El año del ombligo", de Pablo Jauralde

Pablo Jauralde Pou
El año del ombligo
Calambur Poesía, 97. 2009
ISBN: 9788483591383
200 págs. 17 €

Llorar es uno de los efectos naturales que más se han desprestigiado en las sociedades burguesas; y no es que la poesía incite al llanto, pero atraviesa los rincones que hubieran podido ocupar mocos y lágrimas y se deja ver en ellos sin tanto pudor como en la denominada vida diaria. De ahí a ensalzar y a cantar el llanto no hay más que un paso. Quizá la poesía sea un lugar con rincones en los que no se miente, en los que a veces no se miente; de ahí los afanes.

Una propuesta seria, rigurosa, planteada sin concesiones, de llorar, sobre todo los domingos por la tarde, y de volver al azúcar se alza aquí resueltamente, con voces de a doce y de a trece, al comienzo y al término de El año del ombligo, recuerdo de un año vitalista y joven que terminó por asomar a la piel de la moda. Modas que vienen y modas que van, modas contra las modas y contra la moda de ir con la moda o de imponerla. Baratillo estético que se erige como resultado obvio de intentar sobrevivir a un aplastamiento producido por el peso de la tradición y el fulgor de la novedad.

Amar descaradamente a quien no se debe, cantar en los idiomas que no existen, prepararse concienzudamente para el olvido y en algún banco soleado del Retiro madrileño —mejor si es otoño— descender al silencio amarillo de la tarde y hablar quedo para que no se entienda demasiado, mientras los amores, las pasiones, las fantasías embadurnan los sueños, que dejan de parecer imposibles cuando se depositan en palabras.

El año del ombligo es el cuarto libro de versos medidos de Pablo Jauralde Pou (preceden: Sin embargo; Trizas bruces; Calcetines Rojos).

Entrevista: Manuel Francisco Reina

Manuel Francisco Reina (Jerez de la Frontera, 1974), es novelista, dramaturgo, crítico literario y, ante todo, poeta. Ha publicado los poemarios Razón del incendiario, Naufragio hacia la dicha, Del insumiso amor, Consumación de estío, Las islas cómplices, El amargo ejercicio y La lengua de los ángeles, por los que ha recibido diversos premios como el «Ciudad de San Fernando», el «Ciudad de Irún» o el «Ibn Al-Jatib». Es autor de las novelas Los Santos Varones, La Coartada de Antínoo y La Mirada de Sal. Colabora en prensa con Culturas de La Vanguardia y el suplemento cultural ABCD las Artes y las Letras, entre otros. Cronista cultural del diario ABC de los domingos durante muchos años, actualmente es columnista del diario digital elplural.com. En 2007 colaboró en el documental de Emilio Ruiz Barrachina Goya y Orson Welles, y en 2008, con el mismo director, realizó el guión del documental La España de la Copla, presentado en el Festival de cine de Málaga en 2009.

Con motivo de la presentación reciente de su último libro de poemas, Las Rosas de la Carne, desde esta redacción nos pusimos en contacto con el prolífico autor, ya que después de leerle mucho, cosa que recomendamos desde aquí a todos, queríamos dibujar en este espacio el perfil de este gran poeta, y conocer mejor a la persona que nos había llegado a lo más profundo del alma.

Manuel Francisco nos concedió esta entrevista amablemente, que espero sinceramente que disfruten.

-Me gustaría comenzar con una pregunta, a mi parecer, primordial. Como lector, ¿cuándo y por qué comenzó tu relación con los libros?
Desde que era un niño. Mi madre cuenta con cierto estupor, todavía, que empecé a hablar antes que a andar, con nueve meses. Mi abuelo materno, al que le debo mucho, y que era un gran lector, se dio cuenta de esto y de la curiosidad de aquel niño por las palabras. Por esta razón me enseñaron a leer y a escribir antes de ir al colegio, y mi abuelo me abrió un mundo maravilloso contándome a la vez los cuentos tradicionales de Pulgarcito o Caperucita, y las leyendas de Aquiles o Helena de Troya, que para aquel niño que, en cierto sentido, sigo siendo, eran de la misma pandilla.

-¿Cuál fue el motor que te impulsó a escribir?
Tal vez el amor a la cultura y a las palabras, el consuelo, la esperanza y la fuerza que me dieron desde niño y adolescente, y el descubrimiento de que, tal vez algunas de las mías, podían dar esperanza y consuelo, ilusión o felicidad a los otros.

-Te han definido como novelista, dramaturgo, crítico literario y, ante todo, poeta. ¿El poeta nace o se hace o es que escribe simplemente para poder respirar?
Dice Hölderlin que “poéticamente habita el hombre la tierra” y, aunque parezca mentira mirando alrededor, yo tengo mucha fe en la poesía y en las palabras como totem de armonización, casi como arcano capaz de transformar todo el horror del mundo en algo mejor. Yo escribo, sobretodo poesía, porque no podría concebir mi vida sin ella. Es a la vez naturaleza y destino, vocación y condena. Creo que, en cierto sentido, los fundamentos filosóficos de los románticos, en este mundo tan pragmático y, por el contrario tan absurdo, siguen siendo válidos hoy.

-Recordando el verso de Pessoa, “O poeta é um fingidor”, ¿qué hay de vivido y de fingido en tus poemas?
Que diga Pessoa que el poeta es un fingidor, o un mentiroso en una traducción más libre, no deja de tener gracia y todo el sentido en su caso porque más de la mitad de su obra la firmó con heterónimos y pseudónimos. Yo creo que hay tantos poetas como personas. En mi caso hay mucho de vivido en mi obra porque creo que, incluso lo soñado ha de pasar por el tamiz de lo sentido para que pueda ser comunicado mejor a otros. Dios me libre de inventar cuando canto, como decía Antonio Machado. Creo que un texto, y más un poema, y si no está urdido con la piel de la pasión, de lo sentido, de lo interiorizado, nace muerto.


-Hablemos de la inspiración poética. Hay muchos poetas que afirman que en la gran mayoría de los casos el primer verso siempre es un regalo de los cielos, y después lo demás llega con trabajo. ¿Cómo te enfrentas personalmente al papel en blanco?
Normalmente le doy vueltas a una idea o a un concepto, y entonces llega un título o un verso, alrededor del cual suele girar toda la idea de un libro. No sé cómo lo harán los demás pero, en mi caso, suele aparecer antes el título del libro, y los primeros versos para darle encarnadura.

-¿Cuáles son los autores predilectos de Manuel Francisco Reina?
Muchos y de diverso ámbito: desde Juan Ramón Jiménez a Luis Rosales, de Rubén Darío a los Machado, de mi admirada y fundamental maestra Pilar Paz Pasamar a Antonio Hernández, de Francisca Aguirre a Juan Carlos Mestre, De Félix Grande a Javier Lostalé, de Pablo García Baena a Manuel Ríos Ruiz, pasando por John Donne, Shakespeare, Rimbaud, todos los Clásicos grecolatinos, los barrocos, con especial predilección por Góngora, los sonetos de Lope de vega, en fin, necesitaría varios tomos. Todo en lo que hay verdad y pasión, y hermosura, me interesa.

-¿Qué opinión te merece el panorama literario español actual?
Ya he hecho “amigos” por opinar al respecto desde la tribuna de los medios y en conferencias, y necesitaríamos un debate serio, cosa que en este país da mucho miedo o risa, según el caso. Yo creo que están haciendo cosas más interesantes y transegresoras los maestros que los más jóvenes, confundidos -en muchos casos interesadamente- por el ruido de los popes, la crítica -si esto existe- y las modas. Además, hay un panorama absolutamente sectarizado que sólo hace confundir y anquilosar más si cabe el panorama teórico y práctico de la poesía, aunque, afortunadamente, quedan creadores libres y lúcidos, en los márgenes de la literatura española.

-¿Crees que en el ámbito poético el autor lo tiene más difícil para publicar que en otros géneros que gozan de mejor salud, como la novela?
Quizá sí porque la edición de poesía es una aventura financiera que pocos encaran y, porque como decíamos antes, la sectarización del mundo de la poesía, que tiene más que ver con imbricaciones políticas y de poder que con la creación, lo ensucian y complican todo.

-Un poema que te ha marcado es…
Hay muchos que me acompañan y de muchos autores, pero tal vez uno muy importante para mi es ese ejercicio de sabiduría de Antonio Machado en el que dice:

"Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
- así en la costa un barco - sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.

Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa. "

- Después de tres años sin editar poesía, nace tu poemario Las Rosas de la Carne. ¿Qué esconde este título tan sugerente?
Un ejercicio de veneración por los símbolos y la tradición literaria, pero con la impudicia de hacerlos míos y darles otros sentidos, a veces primordiales o primeros, a veces personales, pero siempre desde el territorio de la emoción y de la pasión, del de hacer de la celebración, hasta de la muerte, un ejercicio de rebeldía, en el que la hermosura- entendido den el sentido griego de “esplendor de la verdad” como una categoría no sólo estética sino también ética- es la mejor manera de enfrentarse al mundo y lo feo, moralmente hablando también, que en él hay.

- ¿Qué va a encontrar el lector en “Las Rosas de la Carne”?
Emoción, reflexión, pasión, verdad, belleza revelada, juego, misterio...poesía.

- Y ya para finalizar, ¿podrías desvelarnos un enclave perfecto para disfrutar de tu último libro?
Cualquier lugar, si es ajardinado mejor, pero no es obligatorio, en el que uno encuentre unos minutos para perfumarse los dedos y los ojos de palabras.

Y como broche final, Manuel Francisco regala a los animalillos del Cuartito de Pensar uno de sus exquisitos poemas de su último libro Las Rosas de la carne, que no tiene desperdicio alguno. Os dejo con él.

Única Certeza
La única certeza de mi vida
es que mis días sean como rosas;
émulos de estas flores de verano
que arden en sí mismas como estíos.
Prender en el aire como una hoguera,
florecer desmesuras de alegría
aunque el daño mis pétalos lacere
con su hambriento gusano de amarguras.
Y una tarde morir, dando el perfume
de expirar celebrando la existencia
como un don del encanto y de la llama
de este barro sagrado hecho carne.
Deshojarme en silencio, suavemente,
como un pequeño sol en el espacio
que expande su corola luminosa
sin pena, sin rencor y sin tragedia.

© Una entrevista de Sandra Rubio, para El Cuartito de Pensar.
http://elcuartitodepensar.blogspot.com/2009/10/entrevista-manuel-francisco-reina.html

viernes, 2 de octubre de 2009

La casa roja, Premio Nacional de Poesía 2009

El poeta Juan Carlos Mestre ha obtenido este jueves el Premio Nacional de Poesía 2009, otorgado por el Ministerio de Cultura, por su libro La casa roja, editado por Calambur. Este premio, dotado con 20.000 euros, se concede a la mejor obra de poesía publicada en 2008 en español o en algunas de las otras lenguas cooficiales que se hablan en España.

El jurado, presidido por Rogelio Blanco, Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas, estuvo constituido por Darío Xohan Cabana Yáñez (Real Academia Gallega); Sebastián García (Real Academia de la Lengua Vasca); Alexandre Susanna i Nadal «Alex Susanna» (Instituto de Estudios Catalanes); José Carlos Quiroga (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas); Dionisia García Sánchez (Asociación Colegial de Escritores); Teresa Sanz Tejero (Federación de Asociaciones de Periodistas de España); Elena Medel Navarro (designada por la ministra de Cultura) y los dos últimos autores galardonados: Joan Margarit i Consarnau y Olvido García Valdés.

¡Enhorabuena, Juan Carlos!