jueves, 30 de abril de 2009

Novedad: Me acuerdo


Elías Moro
Me acuerdo
Narrativa, 42
ISBN: 9788483590553
118 págs. 10 €


Marcel Proust, James Joyce, Gabriel Miró, Bruno Schultz o Eça de Queiroz son algunos de los constructores de Europa. Gracias a los inventarios que introdujeron en sus obras, hoy conocemos mejor nuestro propio continente, no sólo su pasado sino también su presente, y puede que hasta su futuro. Esa capacidad que tuvieron para hacernos entender lo más cercano, la tuvieron otros para reconstruir sus vidas y de paso para invitarnos a reconstruir las nuestras. Georges Perec fue uno de ellos. Y Elías Moro también. Ambos tienen la rara habilidad de arrastrarnos, de obligarnos a seguir una letanía de recuerdos inconexos que finalmente sólo testimonian el enorme esfuerzo humano para ordenar el mundo —sus vidas— de una forma arbitraria y caprichosa. Su triunfo y su fracaso dependen de nosotros, de nuestra complicidad para continuar sus recuerdos con los nuestros. Un elefante o un aroma bastan. El tacto suave de una zapatilla. La luz tenue de un atardecer. Cualquier evidencia, por pequeña que sea, sirve de testimonio, de prueba de una existencia, de un acontecer concreto en mitad de la rutina. Algo así es este libro, que pone de manifiesto la importancia de la literatura como recordatorio de algo tan simple como que hemos vivido.

Hilario J. Rodríguez

Elías Moro (Madrid, 1959) reside en Mérida desde 1982. Ha publicado los libros de poesía Contrabando, Casi Humanos (bestiario), Palos de ciego y La tabla del 3; el volumen de textos breves Me acuerdo (en colaboración con Daniel Casado); y el libro de relatos Óbitos súbitos. Asimismo, sus poemas han aparecido en las carpetas Bestiario (con el pintor Luis Ledo), y Abrazos (con ilustraciones de Petra Portillo); en las antologías Diez años de poesía en Extremadura, Poelia (Poesía en el Gran Teatro) y La Luna de Mérida nº 10; además, ha colaborado con diversas revistas literarias. De próxima aparición es la antología poética En piel y huesos. Tiene inédito el libro de poemas De nómadas y guerreros y actualmente prepara el dietario El juego de la taba y La maleta del viajero. Fue fundador y co-director del Aula Literaria «Jesús Delgado Valhondo» de Mérida; y pertenece a la tertulia Alcandoria, con la que ha participado en numerosos recitales y trabajos de poesía visual.

miércoles, 29 de abril de 2009

Reseña: Si me quieres escribir


Si me quieres escribir.

Canciones políticas y de combate

de la Guerra de España.

Ed. de Maryse Bertrand de Muñoz.

Calambur. Madrid, 2009.



Editado por Calambur y preparado por la hispanista canadiense Maryse Bertrand de Muñoz, Si me quieres escribir es una exhaustiva recopilación de casi un centenar de canciones políticas y de combate de los dos bandos que se enfrentaron en la guerra de España.


Muy significativamente se ha elegido como título del volumen el de una canción que cantaban los dos ejércitos -con variantes, claro- en la batalla del Ebro. Al libro, que contiene las letras, las partituras y los comentarios de la editora, lo acompaña un CD con 28 canciones.


A lo largo de sus páginas se hace una caracterización global que aborda la sociología y la poética de aquellas canciones, se describe su origen y las circunstancias a las que aluden o de las que surgen, se transcriben los textos y las partituras y se analizan y clasifican los temas fundamentales ( la guerra, la exhortación a luchar, las unidades y los lugares de combate, los héroes y los personajes) de unas creaciones que responden a la necesidad de expresar ideología y sentimientos bajo unas circunstancias extremas como aquellas.


Algunas de esas canciones eran populares desde 1931, otras son canciones más claramente políticas o canciones infantiles y festivas, adaptadas a las circunstancias bélicas, y finalmente canciones de dolor y muerte o llamadas a la resistencia.


Anónimas o firmadas, entre lo culto y lo popular, los romances, las coplas, las letrillas que se recogen y estudian en Si me quieres escribir son un conjunto significativo de testimonios que interpretan la banda sonora intrahistórica de aquel conflicto y forman parte de la memoria histórica, oral y sentimental de la guerra civil.


Santos Domínguez

ENCUENTROS DE LECTURAS


martes, 28 de abril de 2009

Presentación de El Telar de Penélope en Pamplona


PAMPLONA. La espera del ser querido, en este caso a través del personaje reinventado de Penélope, la esposa de Ulises enLa Odisea, es el tema central del primer poemario de Margarita Leoz (Pamplona, 1980), El telar de Penélope. Se trata de la obra literaria ganadora de los Encuentros de Jóvenes Artistas 2007 del Gobierno de Navarra, publicada en diciembre del año pasado por la editorial madrileña Calambur y presentada ayer oficialmente en Civican por su autora.


El telar de Penélope, a la venta en librerías de todo el Estado al precio de 10 euros, reúne alrededor de cincuenta poemas en los que la voz poética femenina va tejiendo y destejiendo las diversas facetas, a veces contradictorias, que adopta la espera del ser querido: desde el amor más incondicional al desencanto, de la esperanza ciega al recelo. El hilo conductor es el mito clásico de Penélope, pero recreado por Margarita Leoz desde su imaginación y sensibilidad poéticas. "Me inspiró este personaje porque en La Odisea queda en la sombra, se sabe muy poco de ella, sólo que es la esposa de Ulises y que cuando él se marcha a la Guerra de Troya, ella se queda esperando. Me pareció interesante recrear cómo experimenta esos veinte años de espera en que Ulises está fuera de Ítaca", cuenta Leoz, quien asegura que siempre le han interesado los mitos clásicos. El telar de Penélope , escrito entre 2006 y 2007, se divide en cinco partes y tiene una estructura circular, "con un principio y un final", dice su autora. Y el final no es la vuelta de Ulises. "En La Odisea Ulises regresa y se reencuentra con Penélope, que durante todo ese tiempo ha mantenido su fidelidad. Pero en mi obra ella vive esa espera de una manera mucho más destructiva, y el final es la desolación. He recreado a una Penélope mucho más guerrera, que se rebela contra los designios, contra su marido, contra la ausencia", explica Margarita Leoz, quien ha introducido en sus poemas, "de versos cortos, muy concisos y en los que busco la visibilidad de los objetos y los detalles", dice, elementos nuevos que no son propios del momento en que transcurreLa Odisea y que actualizan la historia. "Por ejemplo, se habla de aspirinas o de disparos", cuenta. Y asegura que "para leer esta obra no es necesario haberse leído La Odisea , porque ésta es la excusa, el punto de partida para hablar de algo tan universal y que cualquiera ha podido experimentar como es la espera del ser querido, o la espera de algo que uno desea y que no llega".


Margarita Leoz empezó a escribir cuando estudiaba 2º de BUP, motivada por las "primeras lecturas literarias adultas, como el libro Nada de Carmen Laforet", recuerda. En 2006, un año antes de ganarlos, quedó finalista de los Encuentros con una recopilación de poemas. 


DIARIO DE NOTICIAS - NAVARRA

http://www.noticiasdenavarra.es/ediciones/2009/04/28/mirarte/cultura/d28cul59.1578613.php




Calambur en La Noche de los Libros


Un año más, aprovechando la celebración del Día del Libro, Madrid organizó el 23 de abril su IV edición de La Noche de los Libros. Calambur Editorial se sumó a la madrileña celebración y, junto con la participación de la librería El bandido doblemente armado, programó una lectura poética en la que recitaron Vanesa Pérez-Sauquillo, Cecilia Quílez y Beatriz Russo, que fueron presentadas por Luis Luna.


Novedad: Poesía y edición en el Siglo de Oro

Autor: Ignacio García Aguilar

Colección: Biblioteca Litterae,  18
Madrid,  2009. 444 páginas
ISBN: 978-84-8359-052-2
27,00  euros  (con  IVA)

Los años que median entre la publicación de las Obras de Boscán-Garcilaso (1543) y el Parnaso de Quevedo-González de Salas (1648) son cruciales en la fijación de modelos poéticos determinantes en la lírica culta profana del Siglo de Oro. Partiendo del análisis de los poemarios líricos de autor impresos durante ese período, esta obra indaga en la incidencia que tiene el universo editorial en la paulatina formalización e institucionalización del discurso lírico áureo.

Después de una primera parte centrada en la elucidación de los contextos cambiantes de difusión y consumo de la poesía áurea, la segunda se orienta hacia el análisis de los condicionamientos materiales y normativos que determinan la producción y el consumo del producto editorial poético. El tercer capítulo atiende a las fricciones existentes entre los agentes implicados en la producción (intelectual y material) de la poesía áurea, en tanto que en el cuarto se ofrece una propuesta de los valores poético-editoriales que adquieren los formatos de impresión y la estructura dispositiva de los poemarios durante esos años. Una vez realizadas estas valoraciones generales, los capítulos quinto y sexto plantean un recorrido histórico a través de los cancioneros de poesía lírica culta no religiosa estampados durante el Siglo de Oro. Por último, se ofrece un catálogo, establecido por el autor, de las fuentes del trabajo (un total de 193 obras).

Este acercamiento novedoso al análisis de la lírica culta del Siglo de Oro arroja luz sobre los estrechos vínculos existentes entre la escritura, la edición y la comercialización de la poesía y su posterior recepción e institucionalización literaria.

Ignacio García Aguilar (Córdoba, 1979) desarrolla su labor investigadora y docente en el Departamento de Filología Española y sus Didácticas de la Universidad de Huelva. Miembro del Grupo paso (Poesía Andaluza del Siglo de Oro), ha sido profesor de lengua y literatura hispánicas en Wheaton College (Massachusetts), becario de Ciencias Sociales y Humanidades en la Residencia de Estudiantes de Madrid y ha realizado estancias de investigación en la Université Sorbonne Nouvelle de París y en la Universitá degli Studi de Florencia. Es autor de Imprenta y literatura en el Siglo de Oro. La poesía de Lope de Vega (Madrid, Orto-Universidad de Min ne sota, 2006), así como de diversos trabajos sobre la producción poética española de los siglos XVI y XVII.

Reseña: Los niños interiores

ABCD, 12 de abril de 2009

PRELUDIOS DE LA ETERNIDAD

Me apresuro a decirlo. Con Los niños interiores, Pilar Paz Pasamar (Jerez de la Frontera, 1933) culmina y corona, de forma ejemplar, una trayectoria poética marcada por la fidelidad a la memoria, a la celebración de la vida y a la búsqueda de la divinidad. Su primer libro, Mara, publicado a una edad muiy temprena, en 1951, y prologado por Carmen Conde, suscitó elogios de Juan Ramón Jiménez. Con el siguiente, Los buenos días (1954), obtuvo un accésit del Premio Adonais. Después vinieron Ablativo amor (1955), Del abreviado mar (1957), La soledad contigo (1960), Violencia inmóvil (1963), La torre de Babel y otros asuntos (1982, tras un largo periodo de silencio), Textos lapidarios: La dama de Cádiz (1990), Philomena (1994) y Sophía (2003). Bajo el significativo título de El río que no cesa, nos ofreció no hace mucho una antología esencial de su obra, con un interesante epílogo del poeta Manuel Francisco Reina, uno de sus mejores conocederes, que la vincula a la llamada “tradición andalusí”.

PUPILAS DE ESTRENO. Los niños interiores parece dividido en dos partes. La primera, la más extensa y la que da título a todo el libro,  nos habla de la pervivencia de la infancia en el interior de aquellos que saben intuirla y percibirla de alguna manera, como ocurre con los verdaderos poetas, que en el fondo nunca la pierden; de hecho, el auténtico creador se alimenta, hasta el final, de esa mirada inocente (“ya atónitos miramos a las cosas / con pupilas de estreno”) y de esa voz interior. Por eso, la poeta se lamenta del “fracaso escolar” de una vida que, en un principio, estaba llena de posobilidades. “Tu nombre no figura en la lista de accesos / al porvenir. Tú nunca lo tuviste. / Ya te vas, y no estás ni siquiera empezada”. O se dirige a Dios para preguntarle por la inocencia maltratada.

Asimismo, está muy presente la insaciable búsqueda de la divinidad y de la sabiduría mística, que para la autora es algo “que va más allá del conocimineto, de la trascendencia, incluso”. Por lo demás, esa búsqueda de lo eterno no está reñida, en su caso, con su apego a lo cotidiano y al momento presente (“Mi vocación de eterno está, como en el niño, en mi gran amor a lo presente”, leemos en la cita de Juan Ramón Jiménez, que encabeza el libro) ni, desde luego, exige la renuncia al cuerpo o a los placeres que éste nos procura: “El cuerpo, este preludio de lo eterno, / lo siento y toco y miro y me pregunto / si no son demasiadas esas atribuciones / que le otorgamos siendo poca cosa. / Y sin embargo, es a través del cuerpo / con que te reconozco y te comprendo. / El tacto te vocea y te proclama. / En el plaer de la gloria y en el suave / contacto la armonía”.

PAN CON CHOCOLATE

La segunda sección se titula “Externidades” (de nuevo Juan Ramón Jiménez nos da la clave: “¡Qué de iluminaciones de lo exterior!”) y se centra, sobre todo, en la memoria histórica y en la temporalidad. Se inicia con un poema sobre la infancia en la inmediata poguerra, “Todos jugaban a estar muertos”, realmente conmovedor: “Cuando íbamos allí, donde estuvo la guerra / que ya había pasado y no estaba delante / pero sí su vestigio y esqueleto / y un socavón enorme donde había / estallado una bomba y me dijeron / que allí murieron muchos, / se me clavó en la boca el pan con chocolate”. No menos impresionante es “Alambradas”, un poema extenso dividido en varias partes donde la autora nos muestra su preocupación por el sufrimiento y la tragedia humana en muy diversas circunstancias. “La mirada del hijo” y “Dulce oro viejo” abordan, con diferente tono y distinta perspectiva, el inexorable paso del tiempo.

Por último, el libro se cierra con un hermoso poema en prosa, “El día de mañana”, donde el tiempo convencional, cuantitativo y utilitario, aparece abolido y sustituido por un tiempo vivo e interiorizado: “El mar ha sido siempre la gran analogía, la de Dios, y ahora el mar nos ocupa y nos instala en sí y el cielo en él, y el universo en su centro, y el mundo en sus adentros, pero es por obra de la vida, solo la vida queda, la que no es del hoy ni del mañana ni del ayer”. Estamos, pues, ante una poesía sabia y profunda y, al mismo tiempo, apasionada y luminosa; una poesía, en fin, que nace de una voz interior y, a la vez, está muy atenta a lo exterior. No en vano estos poemas son también “preludios de lo eterno”.

LUIS GARCÍA JAMBRINA

viernes, 24 de abril de 2009

Entrevista a José María Millares en "La estación azul"

La pasada madrugada del domingo al lunes 20 de abril, en La estación azul, de RNE, entrevistaron a José María Millares Sall, reciente Premio Canarias de Literatura 2009, y cuya obra Liverpool ha sido reeditada por Calambur, 60 años después de su primera y única aparición.

La entrevista puede ser escuchada aquí

Y puede ser descargada en formato mp3 aquí

miércoles, 22 de abril de 2009

Reseña: "Liverpool", de José María Millares

El pasado 26 de marzo de 2009, el suplemento "Cultura" de La Provincia (Diario de Las Palmas) recogió un dossier sobre Liverpool, la obra de José María Millares editada por Calambur en 2008.
(haciendo click sobre la imágenes, se pueden ver a tamaño legible)

viernes, 17 de abril de 2009

Reseña: "Historias de la fatal ocasión", de Carmen Busmayor


Finalista del Premio Internacional de Poesía Antonio González de Lama, encontramos un poemario maduro, sin altibajos, con un estilo perfectamente delimitado y reconocible. versos largos engarzados con gran dominio técnico.

El Ideal Gallego, 5-3-2009

martes, 14 de abril de 2009

Novedad: "Diccionario de dudas", de José María Cumbreño

José María Cumbreño
Diccionario de dudas
Poesía, 93
112 págs. 2009
ISBN: 9788483590546
10 €

A primera vista, el estilo descriptivo y aséptico de un diccionario parece lo más alejado de la poesía. Sin embargo, una y otro intentan lo mismo: descarnar la palabra hasta llegar a su esencia. El lenguaje científico ensaya un idioma llevado al límite. El poema debe ser el propio límite. Nuestras incertidumbres nos definen con mucha más precisión que las certezas que creemos tener. Porque son nuestros miedos los que nos empujan a inventar teorías del orden que formulen un orden teórico en el que guarecernos: el de las leyes, las normas, los códigos, los mandamientos o las enciclopedias. Listas, enumeraciones, decálogos. Inventarios que clasifican los tipos de heridas para que dé la impresión de que, así, duelen menos.

José María Cumbreño (Cáceres, 1972) es licenciado en Filología hispánica y profesor de secundaria. Ha publicado los poemarios Las ciudades de la llanura (ERE, 2000), Árbol sin sombra (Algaida, 2003, Premio de poesía Ciudad de Badajoz) y Estrategias y métodos para la composición de rompecabezas (El Bardo, 2008), así como el libro de relatos De los espacios cerrados (Fundación José Manuel Lara, 2006, Premio de narrativa breve Generación del 27) y la antología bilingüe española-portuguesa Teorias da ordem (Ediçoes Sempre-em-Pé, 2008). Tiene en prensa la segunda edición (revisada) de Las ciudades de la llanura (Ediciones Trashumantes). Poemas suyos han aparecido en revistas como Turia, El extramundi, Reloj de arena, Müsu, Diversos o Espacio / Espaço Escrito. En la actualidad dirige la colección Litteratos de la editorial Littera libros.

domingo, 12 de abril de 2009

Reseña de "Antropologías del miedo"

La editorial Calambur estrena su colección de ensayo con Antropologías del miedo. Vampiros, sacamantecas, locos, enterrados vivos y otras pesadillas de la razón, una edición llevada a cabo por Gerardo Fernández Juárez y José Manuel Pedrosa, quienes, aparte de colaborar con investigaciones propias, coordinan ocho estudios más que componen este volumen cuyo objetivo principal es ponerle cara al miedo en sus diversos tiempos y espacios. Junto a ellos, Elena del Río Parra, Josep M. Comelles, Francisco M. Gil García, Alvar Jones Sánchez, Antonio Reigosa, Luis Díaz Viana, José Joaquim Dias Marques, Luisa Abad y Daniel García Sáiz.
El miedo, o lo que es lo mismo, el sentimiento humano más oscuro y primitivo, o lo que es lo mismo, motor y retroceso de la sociedad, recorre el territorio peninsular y sudamericano así como sus diversos siglos en función de desvelar qué motivos (en ocasiones familiares, en otros políticos e incluso espirituales) llevan al hombre a elegir el terror, la alarma, el pánico, como el mejor método de defensa del que puede disponer.
«Porque siempre será muchísimo mejor que te intente devorar un ogro del tipo de Polifemo, enorme, monstruoso, vociferante, escandalosamente llamativo y reconocible, que no que te devore o te vampirice sin previo aviso algún vecino, cuando menos te lo esperes», la sociedad tira de teratofobia (miedo a los seres deformes) y otras distancias para crearse un imaginario propio donde lo distinto, el otro, es peligroso y lo común nunca puede hacer daño. Aunque en ocasiones los protagonistas a temer son seres sobrenaturales que desempeñan una función catártica, casi ritual, en ambientes familiares o domésticos como los numerosos monstruos que habitan la Galicia rural o el famoso Anchanchu del Atilplano aymara de Bolivia (sombra que gobierna a sus víctimas bajo amenaza de posesión y cuyo mal se combate en la famosa pachamama), lo cierto es que los temores infundados en muchos de los estudios que conforman el libro proceden del rechazo a culturas distintas que gradualmente se van asentando en otras sociedades; es el caso de las investigaciones dedicadas al robo de órganos en las tiendas de chinos en Portugal o al hipotético asentamiento de gitanos en Toledo, investigaciones orientadas a indagar cómo se crea una leyenda urbana, basada en la exageración, en la acumulación masiva de horrores inverosímiles y, sobre todo, en una defensa inconsciente del espacio propio que vienen a perturbar los otros.
De ahí a cometer una injusticia concreta contra cierto grupo o persona sólo hay un paso. Abrumadores son los datos y cifras de “locos” encarcelados gratuitamente y con razones no exactamente científicas que ofrece Joseph M. Comelles en "La sombra del miedo: locura, violencia y cultura en la Cataluña moderna". De ahí a la creación de prejuicios contra otra clase social, o lo que es lo mismo, la eterna pelea entre ricos y pobres, hay otro paso: léase la leyenda urbana en la que un médico de Sevilla roba sangre a los pobres para facilitársela a su hijo enfermo. De ahí a la histeria colectiva y al placer de inventar por inventar, es cuestión de segundos: platos chinos aderezados con semen para adolescentes ingenuas, cortes brutales en las comisuras de la boca para las niñas que van solas por la calle, sacamantecas que ansían la piel de los niños díscolos que no hacen caso a sus mamás… El miedo, muchas veces, es el mejor aliado y el último recurso que encuentran los adultos a la hora de educar a sus hijos.
Una última dimensión, milenaria, de claro cariz psicológico pero con referente real, es la que intenta encumbrar en el miedo de miedos a la siguiente obsesión humana: el pánico a ser enterrado vivo. Con escrupulosa exhaustividad Elena del Río Parra nos convence de cómo en un tiempo todavía no muy lejano ser enterrado vivo no era una opción tan impensable. Plagas de peste con sus consiguientes enterramientos masivos, catalepsias, embarazadas recién muertas cuyo feto aún respiraba vida o momentáneos (que no definitivos) paros del corazón, fueron lacras contra las que los certificados de defunción y la medicina todavía no estaban preparados. La consecuencia: unos ojos que se abren dentro de un ataúd, una lucha desesperada por salir del féretro y una certeza final de que se va a morir dos veces. El mito: el nacimiento de los comesudarios. Todo amante de la literatura que se precie recuerda una de las escenas finales de Luces de bohemia donde Basilio Soulinake intenta demostrar en el velatorio de Max Estrella que el protagonista no está muerto sino cataléptico, que de no hacerle caso se va a caer en el error de enterrar vivo al mayor poeta de España; lo que uno siempre creyó esperpento, deformación, se descubre con este estudio como una realidad que, como mínimo, iguala a la ficción.
El miedo nos ha perseguido y perseguirá hasta los restos. Es defensa y ataque, prejuicio y razón. Lo único que importa es su origen y la agonía del que espera la fatalidad. Al fin y al cabo, «el peligro es algo que está por llegar del todo».
Fernando Sánchez Calvo (La tormenta en un vaso. Un buen libro cada día. http://latormentaenunvaso.blogspot.com/2009/01/antropologias-del-miedo-vampiros.html)

lunes, 6 de abril de 2009

Reseña de "La prisión delicada", de Beatriz Russo

Cultura, suplemento de La nueva España
26 de marzo de 2009


De buena tinta

De cuartos a prisiones. Beatriz Russo es una de las poetas que se dejan la piel en cada latido de papel. Literalmente. La prisión delicada (Calambur) lo demuestra desde la primera página y no cesa en su empeño de recorrer un laberinto de sentimientos y emociones que tienen mucho de confusión confesa, o de confesión confusa, y por ello extraordinariamente transparente: su sencillez es tan compleja que sólo entre líneas se encuentra la clave a muchos de los misterios expuestos. Están en juego nada menos que las cartas de la sangre poética, evocaciones que anhelan la incineración de las almas, besos agazapados en las trincheras del aire, deliciosas desdichas en los harapos de las noches. Se habla de amor y de odio, de misterios y perdones, de conciencia y pieles al rojo muy vivo. De vestidos y desnudos que no renuncian al pasado pero necesitan el presente. Un libro de poemas con aromas y sonidos, sonoro y perfumado: pasiones y prisiones en los que el erotismo se camufla de placeres prohibidos, preguntas de respuesta trémula que se formulan los cautivos en naves arrastradas por el sexo de las sirenas. Poesía en estado puro: la salvación está en la condena.

TINO PERTIERRA