miércoles, 2 de marzo de 2011

Reseña de Vísteme de largo, de Cecilia Quílez, en la revista Leer

Revista Leer, n.º 220, marzo de 2011

"Caudal de metáforas", por Agustín Delgado
Reseña conjunta de los libros Vísteme de largo, de Cecilia Quílez (Calambur, 2010) y Rapsodia, de Pere Gimferrer (Seix Barral, 2011)

Cecilia Quílez (Algeciras, Cádiz, 1965) ha coordinado y dirigido exposiciones de pintura y escultura en numerosas instituciones de arte y colaborado en catálogos. Pero es su ya reconocible, su singularizada voz poética, la que ha llamado la atención en el panorama de la reciente poesía española, desde su primer libro,La posada del dragón, textos escritos entre 1990 y 2002, que fue dado a la luz por la editorial Huerga & Fierro. Y fue en un segundo poemario, con el título de Un mal ácido, que se publicó en Torremozas, donde Cecilia Quílez afirmó para el lector avisado mucho más su voz. El tercero de sus poemarios, El cuarto día,apareció en Calambur; un libro que recoge los poemas de los años 2006 y 2007.

En la nota de prensa que presentaba El cuarto día, la editorial destacaba que “un aspecto que no ha cambiado en su literatura es la probada habilidad para jugar con el vocabulario y con el ritmo sintáctico, para construir con el idioma un edificio poético en una partitura musical que se deja oír tanto en su melodía como en sus letras”. En el proyecto El cuarto día –resumía y sintetizaba esa nota de prensa– “se asienta definitivamente la autora con una voz desasosegante que trasiega en la inmensidad del tiempo, la realidad material y las abstracciones de su entorno”.

Ahora, en Calambur, su cuarta entrega, Vísteme de largo, está dividida en tres apartados: “Silencio sostenido”, “Dilación del desnudo” y, en coincidencia con el título del propio poemario, “Vísteme de largo”. Si algo se aprecia de inmediato en el nuevo libro es el enriquecimiento del universo de su indagación poética. Como ha escrito Idoia Arbillaga, “el poemario nos pone en directo contacto con verdades de gran hondura existencial: el otro yo con el que convivimos, que nos desarbola y enriquece; los pactos autobiográficos entre la renuncia y la osadía del vivir; la estabilidad y el riesgo; varias poéticas informales; también la infancia; el amor y el deseo, su rotura al fin”.

Cecilia Quílez posee una rara habilidad de dominio y ejecución formal para circular entre su caudal novedoso de metáforas, de moverse con sutileza en la frontera de abismos, de pasar desde la abstracción a la órbita de la cotidianeidad mediante luminarias ambiguas. “Todo es puro insomnio”. O dicho con las palabras de otra poeta de su generación, Ana Martín Puigpelat, Vísteme de largo “es la apuesta por romper los tópicos, morder el hueso, hilvanar las lágrimas, seducir y crecer, amar y crecer, fracasar y crecer… la vida que transcurre. Si miras a través de las páginas, encontrarás un paisaje en femenino, una visión en la que reconocerte para asumir el propio paso, el torpe tropiezo, la ambición por beberse el ahora y apurar las ganas. Poesía al límite de un sentido, justo antes de quedarse sin aliento”. (…)



1 comentario:

iNDigEstA dijo...

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. . . Tengo que pillarme el nuevo de Cecilia, los tengo todos. ^.^