ABC Cultural, 21 de septiembre de 2010
Memoria emocional
Por Luis García Jambrina
Tono nostálgico
De una manera u otra, todo este universo verbal está construido desde y para la memoria, una memoria abiertamente subjetiva, emocional y recreadora que lo llevará a evocar y embellecer su infancia y adolescencia y el territorio de sus orígenes. De ahí ese tono nostálgico que predomina en buena parte de su obra. Entre la realidad y el deseo, Antonio Hernández optará casi siempre por teñir de deseo la realidad o por transmutar la vida en sueño. No en vano la poesía es, para él, «la vida real de mi sueño». Asimismo, encontramos un enfrentamiento entre un pasado más o menos idílico que se añora y un presente tedioso, deshumanizado y vacío, que se rechaza. Por otra parte, hay que advertir que en su poesía se entrecruzan con vigor y naturalidad lo autobiográfico y lo histórico, lo personal y lo colectivo, la reflexión existencial y el compromiso cívico, lo confesional y lo trascendente.
Infancia
Uno de los aspectos centrales de esta poesía es la enorme importancia concedida a la infancia. El otro es la comunión con la naturaleza, y, en relación con él, la exaltación de la tierra andaluza, más allá de los tópicos y de cualquier costumbrismo. Por lo demás, conviene destacar también la presencia de una considerable veta culturalista; lo que explica que, en algunos textos, se superpongan los tiempos y los espacios por los que se mueve el yo lírico, como ocurre en «Junto a lo que no muere», de Donde da la luz, un extenso poema dividido en tres partes en el que el autor reflexiona sobre el sentido de la Historia y de su propia poesía: «He vivido en Atenas y en Sevilla. Los años / no pasaron en balde, pero ya no los tengo. / (...) / Fui marino en Hamburgo y agoté la cerveza, / sacerdote del templo de Ra en Heliópolis, / capitán de los tercios y amigo de Calixto». Desde el punto de vista expresivo, llama la atención la abundancia de estructuras antitéticas, la brillantez de su lenguaje y el poder y la variedad de su ritmo. He aquí, pues, una poesía mucho más compleja de lo que a primera vista parece, dotada, al mismo tiempo, de una gran fuerza emotiva y comunicadora.
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