Por Luis García Jambrina
Bajo el elocuente título de La experiencia de la memoria (Poesía 1957-2009), nos ofrece Joaquín Benito de Lucas (Talavera de la Reina, Toledo, 1934) su poesía reunida en dos volúmenes. Nos encontramos ante una trayectoria bastante homogénea y unitaria. En ella destacan unos pocos temas fundamentales (el amor, la evocación del pasado y de la infancia, los sueños...), sujetos a constantes y variadas modulaciones y unificados por un mismo tono evocador. Se trata de un universo poético animado por dos ideas básicas: la enorme importancia concedida al recuerdo y la íntima fusión de poesía y vida.
Su primer libro publicado, Las tentaciones (1964), es el reflejo de la estancia del autor durante dos años en Damasco. Con Materia de olvido (1968) obtendrá el Premio Adonais. El elemento central es el recuerdo, la nostalgia, el intento de rescatar lo perdido y desaparecido. En 1970, publica KZ (Campo de concentración), libro desgarrador y desengañado, amargo fruto de su experiencia berlinesa en la década de los 60. Plancton (1976) nos ofrece una indagación en el subconsciente y los sueños. En Memorial del viento (1978) se repiten temas de libros anteriores, junto a otros de carácter social y hasta político.
Antinomia (1975-1981) (1983), del que en 2006 apareció una edición revisada y ampliada, es su libro más complejo y significativo; según el autor, es «una reflexión sobre el amor y el desamor, es decir, sobre el proceso amoroso que dolorosamente termina en el olvido», puesta en boca de algunos personajes de La Celestina, con toda la carga literaria y simbólica que estos arrastran y con una clara estructura dramática. Este libro cobra aún más interés si se relaciona con otro poemario suyo aparecido ese mismo año, Campo de espuma (1974-1981), ya que el tema es más o menos el mismo, aunque expuesto de manera muy diferente.
Tras La sombra ante el espejo (1987) llega Noces d´argent (Divertimentos poéticos) (1989), un libro de caligramas dedicados a diferentes amigos y muy especialmente a su esposa. Después, vendrán Dolor a solas (1991), Invitación al viaje (1995), Álbum de familia (2000), La mirada inocente (2003), el libro de poesía infantil El reino de la niñez (2006), Los senderos abiertos (2007, aunque escrito en 1957), El haz de la memoria (2008), Canción del ánfora (2008) y La escritura indeleble (2008), que completan su universo.
http://www.abc.es/abcd/noticia.asp?id=14356&num=945&sec=32
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ABC Castilla-La Mancha, 8 de marzo de 2010
Por Ángel del Valle
Joaquín Benito de Lucas (Talavera de la Reina, 1934) acaba de presentar «La experiencia de la memoria», título que comprende su poesía desde 1957 hasta 2009. Calambur edita, el Excelentísimo Ayuntamiento patrocina y Pedro J. de la Peña prologa.
Talavera: activa, comercial, laboriosa, no peyorativamente fenicia, inquieta en su propio devenir histórico. Pero con fe, con emoción, con sensibilidad. En su matraz vierte Joaquín su palabra y la macera y se hace abanderado de su ciudad. No, no puedo enjuiciar críticamente su obra porque no tengo la preparación suficiente para ello; ni siquiera hablar de su poesía. Pero sí puedo referirme a él como talaverano.
Una obra la de Joaquín en la que hace bandera de mi mismo río, de mis mismos puentes, de idénticas calles; de la misma Fe en la Virgen de todos. En amigos comunes, más suyos que míos, sí, pero en muchos momentos compartidos y a los que retrata con las palabras que todos quisiéramos encontrar cuando lo intentamos...
Palabras que fluyen en su poesía tan musicalmente como las aguas del Tajo, de «su» Tajo, de «nuestro» Tajo. Que llevan engarzados los ruidos, los sonidos de nuestras calles a las que, como señala Abraham Madroñal, las universaliza desde sí mismas.
Joaquín viene a Talavera y se vuelca con ella y Talavera con él. Es Hijo Predilecto para premiar su predilección por su ciudad, nunca olvidada, siempre presente en el ritmo de su verso libre o en la maestría de sus metáforas esté dónde esté: en Damasco, en China, en Belén, en Berlín... Y Talavera le honra dando su nombre a instituciones y eventos. ¿Para cuándo un monumento compartido con Rafael Morales?
Pedro J. de la Peña destaca «la hipersensibilidad de Joaquín para tratar sus temas sobre la familia, su infancia, su río y su ciudad» y es esta misma sensibilidad la que abre las puertas de su corazón para entregarse a Talavera y para recibirla en una ósmosis permanente. Los Premios poéticos de los que es alma mater y el Ciclo de Poesía Actual, que tiene como marco a otra puerta siempre abierta a Talavera, la de la Galería Cerdán, son los máximos exponentes de lo anterior. Pero, asimismo, acoge en su casa a quien quiera acercarse buscando su consejo y su magisterio, con una disponibilidad intemporal.... Y, François, dulce esposa de eterna sonrisa colgada en sus labios, en sus ojos, en su alma. A tenor de esto, recuerdo que, en mayo de 1998, en estas mismas páginas de ABC, yo venía a decir a «mis Cigüeñas del Tajo» refiriéndome a Joaquín, que «al hombre que baña sus sentimientos en el ritmo propio de su palabra, se le llama poeta, el cuál no guarda nada para sí, y se lo da a los demás para hacerse, cuánto más da, más poeta».
Talavera de la Reina, hidalga, leal y noble ciudad junto al río Tajo, de cristalinas aguas (¡qué tiempos aquellos!) y doradas arenas en palabras de Cervantes, siempre ha sido llevada por Joaquín como una antorcha en su poesía y la ha cantado con su palabra húmeda de arcillas y con los latidos enamorados de su río, sin acallarla nunca, mostrando siempre en alto a su maravillosa ciudad de las redes azules. La nuestra.
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-08-03-2010/abc/Toledo/joaquin-benito-de-lucas-obra-completa_1149088423.html
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Y una entrevista con el autor:
ABC Castilla La Mancha, Suplemento Artes y Letras, marzo de 2010
Por María José Muñoz
- En uno de sus poemas aparece su madre sentada en la cocina esperando a que usted y su hermano, entonces unos niños, vuelvan con alimentos de la vega del Tajo. ¿Su infancia le trae recuerdos tristes?
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