viernes, 9 de abril de 2010

Reseña de Apócrifos de marzo, de José Antonio Zambrano

El Cultural (El Mundo), 8 de abril de 2010

Por Francisco DÍAZ DE CASTRO

Palabra, tiempo y conciencia son los ámbitos centrales en los que indagan tanto estos poemas como buena parte de la poesía toda de José Antonio Zambrano (Fuente del Maestre, Badajoz, 1946). La tensa consideración del decir, de la palabra hablada y de la escritura poética, -ese “obcecado acoso de mi voz”- va creando sus propios cauces para el sentimiento y la memoria, la experiencia de la naturaleza elemental y el cuestionamiento continuo de las propias verdades en el tiempo: “(...) ahora que me atrevo a aproximar la voz/ a esos interrogantes de sospechas/ que buscan los apartados de uno mismo”.

La cita de Paul Celan que abre la segunda sección del libro precisa el sentido de esa insistencia en el complejo espesor del lenguaje y sus huecos, que es para mí el eje en torno al cual gravita su poética, el tema vital del protagonista de la obra: “Habla. / Pero no separes el no del sí./ Dale sentido a tu decir:/ dale sombra”.

Sombra pero no oscuridad: la poesía de José Antonio Zambrano no abandona la palabra común y desde “el hueco con que habla” su lengua asedia una esencialidad compuesta de historia vivida y de relación humana. Amor, amistad, arraigo en la naturaleza y conciencia intensa de la temporalidad se trenzan en los veintiún poemas del libro en el esencialismo de una poesía tan personal como cercana y compartible en su depuración: apenas unos geranios, unas espigas secas, unos pájaros se recortan distintos sobre el ámbito continuo de la materia elemental de tierra y aire para concretar y hacer palpable la afirmación última que avanza a lo largo del conjunto para decirse sencillamente hacia el final, en “Reconstrucción”, uno de los poemas que prefiero: “Vivir como algo más”.
 

http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/26988/Apocrifos_de_marzo

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