El Cultural (El Mundo), 8 de abril de 2010
Por Francisco DÍAZ DE CASTRO
La cita de Paul Celan que abre la segunda sección del libro precisa el sentido de esa insistencia en el complejo espesor del lenguaje y sus huecos, que es para mí el eje en torno al cual gravita su poética, el tema vital del protagonista de la obra: “Habla. / Pero no separes el no del sí./ Dale sentido a tu decir:/ dale sombra”.
Sombra pero no oscuridad: la poesía de José Antonio Zambrano no abandona la palabra común y desde “el hueco con que habla” su lengua asedia una esencialidad compuesta de historia vivida y de relación humana. Amor, amistad, arraigo en la naturaleza y conciencia intensa de la temporalidad se trenzan en los veintiún poemas del libro en el esencialismo de una poesía tan personal como cercana y compartible en su depuración: apenas unos geranios, unas espigas secas, unos pájaros se recortan distintos sobre el ámbito continuo de la materia elemental de tierra y aire para concretar y hacer palpable la afirmación última que avanza a lo largo del conjunto para decirse sencillamente hacia el final, en “Reconstrucción”, uno de los poemas que prefiero: “Vivir como algo más”.
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/26988/Apocrifos_de_marzo
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