lunes, 3 de octubre de 2011

Novedad: Sesenta y cuatro caballos, de Antonio Pereira

Antonio Pereira
Sesenta y cuatro caballos
Selección de Úrsula Rodríguez Hesles. Prólogo de Juan Carlos Mestre.
Colección Calambur 20 años, 3. 144 págs.
ISBN: 978-84-8359-228-1. PVP: 12,00 €

Antonio
Pereira nombraba lo que importa, la condición de cuanto alegre hace causa con lo luminoso. A nadie que haya leído alguno de sus libros le habrá resultado indiferente la emoción compasiva con que subraya cada una de sus líneas la peripecia humana.
Juan Carlos Mestre

Antonio
Pereira (Villafranca del Bierzo, 1923 - León, 2009) se dio a conocer como poeta, aunque pronto le siguió su labor narradora; y de la simbiosis de ambas formas de escritura consiguió extractar con su inteligente humor y delicada socarronería cuentos y relatos, todos ellos poéticas piezas de cuidada expresión a la altura de los grandes narradores universales de lo breve. No en vano, cada vez es más frecuente que se reclame su figura entre aquellos lectores y creadores del microrrelato, que ven en su obra uno de sus solitarios precursores. Pereira es uno de esos artistas que, distante de posturas academicistas y casi sin proponérselo, dejó humildemente un legado cuyo radical magisterio consistió en descubrirnos la natural precisión semántica y emocional con la que nos hablan las palabras cuando éstas son el verdadero hogar de lo que se cuenta. Esta antología, que toma su título de uno de los poemas de Antonio Pereira, ofrece un selecto paseo por una obra urdida con un original y sutil talento poético-narrativo.

Como adelanto, les ofrecemos los poemas que abren y cierran la antología:


SESENTA Y CUATRO CABALLOS

Los Pereira (o Pereyra) que salen en las enciclopedias heráldicas se nos hacen algo molestos a quienes somos sus parientes de la rama pobre, y es por lo tacaños y esa manera que tienen de saludar, como si diesen los buenos días desde encima de la montura.
Ellos descienden derechamente de don Gonzalo Pereira, pero poco se parecen al antepasado dadivoso.
Lo escribió Pedro de Bracelos: Que teniendo el don Gonzalo treinta y dos caballos, en un solo día regaló todos a distintas personas. La cosa huele a invención y adorno.
Pero sigue la Crónica con que en ese mismo día los volvió a comprar don Gonzalo, aquellos treinta y dos caballos, para así poder regalarlos a otras tantas personas de su estima, y entonces el caso se hace creíble, porque a los bebedores del anochecer nos resulta más fácil aceptar lo enorme que lo mediano.

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ORACIÓN

Señor ya sabes mis cuidados con el butano y los grifos
todo lo cierro bien pero es difícil desentenderse
inspecciono la antena
las macetas con tantas criaturas que por debajo pasan
sufro mucho Señor
y aunque te agradezco no haberme hecho cirujano
ni conductor del autobús escolar
te pido que un ratito te quedes responsable
que aguantes todo esto mientras voy a un recado
y cualquier día no vuelvo.

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