martes, 18 de febrero de 2014

Noticias: entrevista a Rafael Saravia sobre Carta blanca, en Granada Hoy

Amor, sexo y sensación serán siempre temas de gran actualidad
Por Elizabeth Fernández
Granada Hoy, 04/02/2014

El poeta acaba de publicar Carta blanca, un libro en el que, ante todo, busca la complicidad del lector.

¿Una carta blanca se ofrece por amor, indiferencia, renuncia o egoísmo?
Se ofrece por casi todas ellas si se alimenta la complicidad necesaria. Desde luego por indiferencia no, no hay mayor dolor que el tedio que despierta lo incidente. En este caso... no se ofrece una Carta Blanca, más bien se anhela.

¿Ha sido "el milagro español" una de las tantas cartas blancas que han conducido a este "fuera de juego" presente?
Tal vez sí. Tal vez la idea de que todo vale y que lo paguen los que vengan detrás nos ha generado este desorden vital, aunque también ha sido el generador de una conciencia cívica que teníamos perdida. Si ese milagro español nos sirve para reflexionar sobre el sistema social que asumimos desde hace décadas, y que nos lleva a la deshumanización de los pueblos, entonces tal vez haya sido una bendición por su idea de catarsis.

¿Se ha quedado con algunas certezas tras la composición de Carta blanca?
Me he quedado con las mismas incertidumbres. Certezas manejo pocas, aunque es verdad que la construcción de este libro me ha hecho reflexionar sobre muchas verdades que no lo son tanto.

En sus versos, ¿cómo se ha atrevido a reelaborar el amor en estos tiempos de cólera tecnocrática?
El amor tiende a pulsiones atemporales. Su virtud radica en que es verdad e identidad universal y propia del ser humano. Amor, sexo, y sensación serán siempre temas de actualidad, siempre serán parte de nuestra necesidad vital.

¿Han aprendido los cobardes a vivir la belleza lo mismo que los valientes?
Jamás. Desde la cobardía sólo se viven pulsiones descafeinadas. Hay que asumir la valentía del que no teme la pérdida para poder disfrutar de la belleza pura. Gamoneda lo tenía claro y yo lo concibo de igual manera.

¿La belleza siempre ha pertenecido al "imperio de lo efímero" parafraseando al filósofo Lipovetsky?
Sin duda. No obstante, lo efímero puede durar varias eternidades.

Una reseña de 'Carta blanca' indica que ha conseguido en este último poemario realizar una "poesía desnuda". ¿Se encuentra poéticamente en esa "etapa suficiente o verdadera" de la que hablaba Juan Ramón Jiménez?
El lugar en el que me encuentro no es otro que el que equivale a la imposibilidad de asumir otro lugar más trascendente. La intención juanramoniana siempre me acompaña, aunque no la consiga acariciar tanto como a mí me gustaría.

¿Es cierto que el éxito de un libro se mide ya por el número de reseñas, críticas, notas de prensa que aparezcan en los medios? ¿Aunque éstas en ocasiones no hayan ni siquiera captado el contenido del libro?
Sinceramente no sé cuáles son los criterios de éxito de un libro. No obstante el libro de poemas sigue cauces paralelos a los de la literatura más agresiva y comercial. Aparte de eso, no me interesa el término éxito a la hora de hablar del poema. Asumo más la condición de complicidad como término a alcanzar.

¿No será que vivimos en un mundo que habla demasiado por hablar?
Posiblemente sí. Por eso la importancia de la poesía. En el poema el silencio es tan importante como la palabra pronunciada. Se respeta mucho la contundencia de la dicción. O al menos yo lo concibo así.

La segunda parte de su poemario se titula 'Hasta que llegue diciembre' que gira en torno al sentimiento y al cuerpo. ¿La indignación colectiva habrá cambiado de forma para ese mes?
La indignación colectiva ya ha cambiado. Estamos caminando. Asumo como esperanza ese grito que puede hacer cambiar las cosas. Ese grito que contiene un mensaje de cambio, ese grito que dice: Podemos.

¿Seguiremos, entonces, riéndonos sobre lo triste?
Prefiero llorar lo alegre. Como símbolo de respeto hacia la felicidad alcanzable. Como símbolo de celebración en pro de la responsabilidad vital. Decía Oscar Wilde que la diferencia entre un capricho y una pasión eterna, es que el capricho dura más tiempo. Así que asumo el caprichoso destino de lo efímero como intensidad y fuego a probar. "Somos, por tanto, el dobladillo del pantalón. La parte oculta que genera esperanza".

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