Correo, 17 de noviembre de 2011
Todo el ser en la palabra
Por Javier Lostalé
La concesión del Premio Nacional de Poesía a la poeta alicantina Francisca Aguirre por su libro Historia de una anatomía,
ha sido un acto de justicia poética que celebrarán sus lectores como se
celebra la vida en plenitud albergada en una creación cuyos pilares han
sido la iluminación de la propia existencia, la pasión por el arte y el
sentido hondo de la libertad.
Nacida hace ochenta años, cumplidos el pasado 27 de octubre, Francisca
Aguirre perteneció a la generación de mujeres que padecieron primero la
guerra en su niñez, y después el sumo dolor de ver como su padre,
excelente pintor, era ejecutado a garrote vil en la prisión de Porlier
en 1942, a lo que se añadió la situación de humillación y de hambre
sufrida por un gran número de españoles. El matrimonio con el escritor
Félix Grande y el alumbramiento de su hija, también poeta, Guadalupe,
formó una tríada literaria que nunca supuso una hipoteca para la voz
honda, enraizada intelectual y emocionalmente en la mejor cultura
universal, de Francisca Aguirre que, de un modo único, como lo es
siempre el verdadero creador, ha ido construyendo una obra fertilizada
por la soledad, el dolor, la fe en la poesía como una fuerza salvadora y
el enfrentamiento a la realidad asumiendo sus muchas sombras y también
algunos resplandores, como el de la música, tan presente en sus versos.
Todo ello impregnado por un "halo de tristeza", como ha subrayado la
también Premio Nacional Olvido García Valdés.
Su presencia en la poesía española dejó su primera huella cuando ya tenía 42 años con la publicación de un libro ya clásico, hasta en su título, Ítaca, donde -afirma el profesor y crítico Emilio Miró- "navega desde los mitos perdurables hasta el ser contingente, hasta la confesión autobiográfica y el íntimo monólogo, dando testimonio de un tiempo histórico cruel -los años cuarenta- que se abatió sobre una infancia llena de luz muy pronto sofocada y silenciada". A partir de ese poemario-raíz toda su escritura está empañada de vida respirada hasta la médula, y de una aliento solidario que constantemente trasmina. Algunos títulos imprescindibles son, además del ya citado, Ítaca, Los trescientos escalones, La otra música, Ensayo General, Pavana del desasosiego y Los maestros cantores, todos ellos reunidos en un volumen bajo el título de Ensayo General, publicado en 2000 por la editorial Calambur.
Los maestros cantores acaba de aparecer como libro exento, igualmente en Calambur, con motivo del veinte aniversario de la editorial. Títulos a los que se suman La herida absurda, aparecida en Bartleby, Nanas para dormir desperdicios, editada por Hiperión, y el texto autobiográfico Espejo, espejito. Historia de una anatomía, galardonado con el Premio Nacional de Poesía fallado este jueves, poemario publicado por Hiperión en 2010 tras haber obtenido el Premio Internacional Miguel Hernández- Comunidad Valenciana, es una geografía humana trazada con un pulso narrativo, coloquial a veces, reflexivo siempre, con dosis de ternura y de denuncia, en la que no faltan ni la literatura, ni la música.
Francisca Aguirre forma parte sin duda de la nómina de la mejor poesía española de los últimos cuarenta años, a través de una obra tejida por hilos machadianos y vallejianos, con circulación sanguínea también cervantina e iluminada por su gran fervor por Luis Rosales, del que este año se cumple el décimo aniversario de su muerte. La alta cultura y la cultura popular se enhebran asimismo en ella: todo al servicio de la palabra convertida en ser, dotada de la fuerza y la verdad de un gran corazón.
http://www.elcorreo.com/alava/ rc/20111117/cultura/todo- palabra-201111172004.html
Su presencia en la poesía española dejó su primera huella cuando ya tenía 42 años con la publicación de un libro ya clásico, hasta en su título, Ítaca, donde -afirma el profesor y crítico Emilio Miró- "navega desde los mitos perdurables hasta el ser contingente, hasta la confesión autobiográfica y el íntimo monólogo, dando testimonio de un tiempo histórico cruel -los años cuarenta- que se abatió sobre una infancia llena de luz muy pronto sofocada y silenciada". A partir de ese poemario-raíz toda su escritura está empañada de vida respirada hasta la médula, y de una aliento solidario que constantemente trasmina. Algunos títulos imprescindibles son, además del ya citado, Ítaca, Los trescientos escalones, La otra música, Ensayo General, Pavana del desasosiego y Los maestros cantores, todos ellos reunidos en un volumen bajo el título de Ensayo General, publicado en 2000 por la editorial Calambur.
Los maestros cantores acaba de aparecer como libro exento, igualmente en Calambur, con motivo del veinte aniversario de la editorial. Títulos a los que se suman La herida absurda, aparecida en Bartleby, Nanas para dormir desperdicios, editada por Hiperión, y el texto autobiográfico Espejo, espejito. Historia de una anatomía, galardonado con el Premio Nacional de Poesía fallado este jueves, poemario publicado por Hiperión en 2010 tras haber obtenido el Premio Internacional Miguel Hernández- Comunidad Valenciana, es una geografía humana trazada con un pulso narrativo, coloquial a veces, reflexivo siempre, con dosis de ternura y de denuncia, en la que no faltan ni la literatura, ni la música.
Francisca Aguirre forma parte sin duda de la nómina de la mejor poesía española de los últimos cuarenta años, a través de una obra tejida por hilos machadianos y vallejianos, con circulación sanguínea también cervantina e iluminada por su gran fervor por Luis Rosales, del que este año se cumple el décimo aniversario de su muerte. La alta cultura y la cultura popular se enhebran asimismo en ella: todo al servicio de la palabra convertida en ser, dotada de la fuerza y la verdad de un gran corazón.
http://www.elcorreo.com/alava/
Francisca Aguirre
Los maestros cantores
Colección Calambur 20 Años, 4. 64 p.
Prólogo de Olvido García Valdés
Colección Calambur 20 Años, 4. 64 p.
Prólogo de Olvido García Valdés
ISBN: 978-84-8359-233-5. PVP: 8,00 €.
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